La carta de jamaica
Por William Ospina
Cuando el 6 de septiembre de 1815, Simón Bolívar dirigió desde Jamaica su famosa "Carta de un americano meridional a un caballero de esta isla", empezaba explicándole que era tal la amplitud y complejidad del continente, que nadie podía dar razón plena de su situación en aquel momento: "Así, me encuentro en unconflicto, entre el deseo de corresponder a la confianza con que Vd. me favorece y el impedimento de satisfacerla, tanto por la falta de documentos y libros, cuanto por los limitados conocimientos que poseo de un país tan inmenso, variado y desconocido como el Nuevo Mundo. En mi opinión es imposible responder a las preguntas con que Vd. me ha honrado. El mismo barón de Humboldt, con su universalidad deconocimientos teóricos y prácticos, apenas lo haría con exactitud, porque aunque una parte de la estadística y revolución de América es conocida, me atrevo a asegurar que la mayor está cubierta de tinieblas y, por consecuencia, sólo se pueden ofrecer conjeturas más o menos aproximadas, sobre todo en lo relativo a la suerte futura y a los verdaderos proyectos de los americanos; pues cuantascombinaciones suministra la historia de las naciones, de otras tantas es susceptible la nuestra por su posición física, por las vicisitudes de la guerra y por los cálculos de la política".
Le cuenta que hay cerca de un millón de habitantes en las provincias del Río de la Plata, que ya se mueven con armas hacia el alto Perú e inquietan a los partidarios del rey en Lima. Que en Chile hay ochocientos milansiando la independencia. Que en el Perú hay millón y medio, y dos millones y medio en las regiones de la Nueva Granada, Quito, Panamá y Santa Marta. Venezuela, por su parte, tenía un millón, pero ha perdido una cuarta parte en la guerra de Independencia. "En Nueva España [México] había en 1808, según nos refiere el barón de Humboldt, 7.800.000 almas con inclusión de Guatemala. Desde aquellaépoca, la insurrección que ha agitado a casi todas las provincias ha hecho disminuir sensiblemente aquel cómputo, que parece exacto; pues más de un millón de hombres ha perecido, como lo podrá Vd. ver en la exposición de Mr. Walton, que describe con fidelidad los sanguinarios crímenes cometidos en aquel opulento imperio". Después de hacer este recuento general de la situación de los países, no deja deadvertir con clarividencia que hay regiones donde durará todavía mucho tiempo la dominación española: "Las islas de Puerto Rico y Cuba que, entre ambas, pueden formar una población de 700 a 800.000 almas, son las que más tranquilamente poseen los españoles, porque están fuera del contacto de los independientes. Mas ¿no son americanos estos insulares? ¿No son vejados? ¿No desean su bienestar?"
Entotal 16 millones de personas en dos mil leguas de longitud y novecientas de latitud, enfrentadas a un imperio que "aunque fue, en algún tiempo, el más vasto imperio del mundo, sus restos son ahora impotentes para dominar el nuevo hemisferio y hasta para mantenerse en el antiguo". Después Bolívar, que conoce demasiado bien la situación de España, convertida en una mera intermediaria entre el enormecontinente americano y las nuevas potencias europeas, comenta la situación de la península: "¡Qué demencia la de nuestra enemiga, pretender reconquistar la América, sin marina, sin tesoro y casi sin soldados!, pues los que tiene, apenas son bastantes para retener a su propio pueblo en una violenta obediencia y defenderse de sus vecinos. Por otra parte, ¿podrá esta nación hacer el comercioexclusivo de la mitad del mundo, sin manufacturas, sin producciones territoriales, sin artes, sin ciencias, sin política?". Y se queja de que Europa no asuma con mayor compromiso la causa de la independencia americana: "La Europa misma, por miras de sana política, debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana; no sólo porque el equilibrio del mundo así lo exige; sino...
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