La casa de Bernarda Alba
riguroso que ni siquiera podrán salir de casa, frustrando así las necesidades de sus
cuatro hijas, ”en edad de merecer”. Después de haber negado a Martirio como
prometida a un Humanes «por ser gañán», compromete a Angustias con Pepe «El
Romano».
La aparición de este personaje desencadena una serie deacontecimientos que
degenera en una confrontación entre la madre y las hijas y sobre todo entre éstas
últimas. Poncia, una de las criadas de confianza de la casa, trata de advertir a la señora
sobre las consecuencias de una disciplina tan rígida. Pero Bernarda rechaza todas las
críticas; primero para no perder su aparente seguridad y, segundo, porque no puede
aceptar consejos de una persona queestá a su servicio.
Federico García Lorca
La casa de Bernarda Alba
Drama de mujeres en los pueblos de España
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Smoit 28.07.13
Título original: La casa de Bernarda Alba
Federico García Lorca, 1936
Retoque de portada: Smoit
Editor digital: Smoit
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El poeta advierte que estos tres actos tienen la intención de un documental fotográfico.
PERSONAJES
BERNARDA(60 años)
M ARÍA JOSEFA (madre de Bernarda, 80 años)
ANGUSTIAS (hija de Bernarda, 39 años)
M AGDALENA (hija de Bernarda, 30 años)
AM ELIA (hija de Bernarda, 27 años)
M ARTIRIO (hija de Bernarda, 24 años)
ADELA (hija de Bernarda, 20 años)
LA PONCIA (criada, 60 años)
CRIADA (50 años)
PRUDENCIA (50 años)
M ENDIGA
M UJER 1ª
M UJER 2ª
M UJER 3ª
M UJER 4ª
M UCHACHA
M UJERES DE LUTOACTO PRIMERO
(Habitación blanquísima del interior de la casa de Bernarda. Muros gruesos. Puertas en arco
con cortinas de yute rematadas con madroños y volantes. Sillas de anea. Cuadros con paisajes
inverosímiles de ninfas o reyes de leyenda. Es verano. Un gran silencio umbroso se extiende por la
escena. Al levantarse el telón está la escena sola. Se oyen doblar las campanas.)
(Sale la Criada)CRIADA.— Ya tengo el doble de esas campanas metido entre las sienes.
LA PONCIA.— (Sale comiendo chorizo y pan) Llevan ya más de dos horas de gori-gori. Han
venido curas de todos los pueblos. La iglesia está hermosa. En el primer responso se desmayó la
M agdalena.
CRIADA.— Es la que se queda más sola.
LA PONCIA.— Era la única que quería al padre. ¡Ay! ¡Gracias a Dios que estamos solas unpoquito! Yo he venido a comer.
CRIADA.— ¡Si te viera Bernarda…!
LA PONCIA.— ¡Quisiera que ahora, que no come ella, que todas nos muriéramos de hambre!
¡M andona! ¡Dominanta! ¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos.
CRIADA.— (Con tristeza, ansiosa) ¿Por qué no me das para mi niña, Poncia?
LA PONCIA.— Entra y llévate también un puñado de garbanzos. ¡Hoy no se dará cuenta!
VOZ.—(Dentro): ¡Bernarda!
LA PONCIA.— La vieja. ¿Está bien cerrada?
CRIADA.— Con dos vueltas de llave.
LA PONCIA.— Pero debes poner también la tranca. Tiene unos dedos como cinco ganzúas.
VOZ.— ¡Bernarda!
LA PONCIA.— (A voces) ¡Ya viene! (A la Criada) Limpia bien todo. Si Bernarda no ve
relucientes las cosas me arrancará los pocos pelos que me quedan.
CRIADA.— ¡Qué mujer!
LA PONCIA.— Tirana detodos los que la rodean. Es capaz de sentarse encima de tu corazón y
ver cómo te mueres durante un año sin que se le cierre esa sonrisa fría que lleva en su maldita cara.
¡Limpia, limpia ese vidriado!
CRIADA.— Sangre en las manos tengo de fregarlo todo.
LA PONCIA.— Ella, la más aseada; ella, la más decente; ella, la más alta. Buen descanso ganó su
pobre marido.
(Cesan las campanas.)
CRIADA.—¿Han venido todos sus parientes?
LA PONCIA.— Los de ella. La gente de él la odia. Vinieron a verlo muerto, y le hicieron la cruz.
CRIADA.— ¿Hay bastantes sillas?
LA PONCIA.— Sobran. Que se sienten en el suelo. Desde que murió el padre de Bernarda no
han vuelto a entrar las gentes bajo estos techos. Ella no quiere que la vean en su dominio. ¡Maldita
sea!
CRIADA.— Contigo se portó bien.
LA...
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