La casa de los 100 espejos
Existió en un pequeño y lejano pueblo, una vieja mansión abandonada.
Un buen día, un pequeño perro vagabundo, buscando refugio, logróintroducirse por un agujero de aquella casa. El perro subió por una enorme escalera; al llegar al último peldaño halló una puerta semiabierta, se metió en aquelmisterioso cuarto que aparecía ante él.
Con sorpresa descubrió que dentro de aquella estancia había una multitud de perros observándolo fijamente como él los observaba aellos. El perro comenzó a mover la cola y a realizar las piruetas y gracias que un niño le enseñó mucho tiempo atrás. Los cien perros hicieron lo mismo. Luego les ladróalegremente; y se quedó sorprendido al ver que los cien perros también ladraban alegremente con él.
Al abandonar aquella extraña habitación, se dijo así mismo en el lenguajede los perros “Qué suerte he tenido al encontrar un lugar tan hermoso…regresaré con frecuencia”.
Tiempo después, otro perro callejero entró en aquella mansiónabandonada, subió a la misma extraña y misteriosa habitación, pero cuando vio a un centenar de perros mirándolo con sus mismos ojos, se sintió amenazado. Rabioso, comenzó aemitir un gruñido amenazante y un centenar de perros, como él, le gruñeron al unísono. Asustado, les ladró como nunca había ladrado a nadie y los otros perros de lahabitación abrieron sus fauces, ladrándole también con fuerza.
Cuando salió por fin de aquel extraño lugar, murmuro entre dientes: “Qué casa tan espantosa…Nunca más volveré aentrar en ella”.
Actuar o comportarse de una cierta manera en alguna situación de nuestra vida cotidiana, conlleva a recibir una respuesta igual de nuestros semejantes.
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