La Casa Vieja, aún (ensayo sobre el filme cubano La casa vieja de Lester Hamlet)

(LA) CASA VIEJA, AÚN.
De las tablas al celuloide

Dagoberto Batista Ochoa

“No es que lo pasado arroje luz sobre lo
presente, o lo presente sobre lo pasado, sino que
imagen es aquello donde lo que ha sido, se une
como relámpago al ahora en una constelación.”
Walter Benjamín



Confieso que experimenté una ambigua sorpresa cuando supe que Lester Hamlet quería trasladar al cine Lacasa vieja. No es que desconfiara de los vigorosos puntales que sustentan los conflictos de la pieza teatral de Abelardo Estorino, todo lo contrario. De inmediato me coloqué en el lugar del cineasta y advertí la enorme empresa que supone convertir en materia cinematográfica el clásico de los sesenta, si la aspiración incluye remozar lo superado por el tiempo y legar un producto fruitivo en loartístico. ¿Dudaría Hamlet frente a la tan representada obra del Premio Nacional de Teatro? ¿Lo perseguiría el fantasma del dramaturgo? ¿O se lanzaría a una aventura estética cercana al desenfado de sus cortos más retadores? ¿Acaso preferiría la reconstrucción histórica, insertando con cautela guiños al presente, o actualizaría radicalmente el texto que le inspira para escrutar el hoy y deducir elmañana? ¿Cuál de las tantas opciones posibles haría mejor a nuestro cine?

Apreciada por fin la versión fílmica, intentaré dialogar con Hamlet y su equipo, y en primer lugar con los lectores-perceptores, para así discurrir sobre el ejercicio de trasvase textual que lleva a cabo Casa vieja.

I
Los guionistas de la película, perpetúan el itinerario lineal y cronológico de la acción inaugurado porel texto teatral, incluso juegan a emular su clásica estructura de tres actos, a la que agregan un prólogo o introducción y un intermedio. Estas reformas permiten exponer acciones que la obra elude o carga a los diálogos, como el recibimiento de Esteban en el aeropuerto, la muerte del padre y la reacción de los parientes, el entierro... Ya sabemos que se trata de un guiño de cortesía al consagradoautor, pues el discurso que teje el filme, aprovecha cada coyuntura para dinamizar el montaje de las unidades narrativas. Desde el fundido de apertura, alterna las escenas –ahora diseminadas en múltiples locaciones-, inserta planos elocuentes, desfasa imagen y audio, y busca enlaces expresivos que crean un espacio-tiempo cinematográfico y añaden enjundia a la trama. Claro, sin codiciar laexorbitancia propia del clip –como algunos podrían esperar. El propio director, ha divulgado su interés (en este caso) por enhebrar un relato austero, sin llamar la atención sobre sus artificios. En consecuencia, construye una narración pretendidamente objetiva: la cámara se sustrae de cualquier ostentación (1); las transiciones y elipsis tampoco se quieren abruptas, sino que tienden a garantizar lafluidez de los enlaces. Los elementos del pasado de la familia, son referidos a través de fotos, diálogos y monólogos, sin apelar jamás al recurso del flash back. Excepto en los intertítulos y en el intermedio -secuencia resumen signada, esta vez sí, por tics estilísticos caros al video clip- nunca aflora la mano de Hamlet como enunciador.
De tal elección estética no debe inferirse ningún juicio quetase la creatividad de los cineastas. Rupturas inequívocamente atrevidas apuntalan sus pretensiones de actualización, como la de reconfigurar el marco contextual de la fábula estoriniana, y pensar el desenvolvimiento de sus personajes no en los entusiastas sesenta, sino en la efervescente contemporaneidad de la Isla. El Esteban de Lester Hamlet, no vuelve de La Habana sino de Barcelona. No escojo, sino homosexual (2). La película recalca la otredad del protagonista. Estaría de más insistir en la connotación socio-política y de toda índole que tiene para un cubano abandonar el país e intentar el regreso 14 años después. Si además es gay y la familia se empecina en la táctica del avestruz, nos colocamos ante un verdadero desafío (3).
Por estos derroteros transita el argumento de la...