la casa
Bram Stocker
Corría el mes de abril y John Moore se preparaba para un examen muy importante. Cuando la fecha se acercaba, decidió buscar algún lugar en el que poder estudiar tranquilamente. Quería evitar las playas, por temor al exceso de entretenimientos, y tampoco quería ir a la montaña. Más bien quería un lugar apacible, una pequeña localidad en la que poder trabajar sinser molestado. Así que preparó sus maletas, buscó en un horario de trenes una ciudad que no conociese y compró un billete. No dijo a nadie adónde iba.
Así es como Moore llegó a Benchurch. Era una pequeña ciudad que celebraba un mercado una vez a la semana. Ese era el único día que se animaba. El resto de la semana era un lugar muy tranquilo, incluso aburrido.
Moore pasóla primera noche en el único hotel que había en la ciudad. La patrona era muy amable y atenta, pero el hotel no le ofrecía la calma que él necesitaba, así que, al día siguiente a su llegada, comenzó a buscar una casa para alquilar.
Solamente una casa le gustó. Era más que tranquila —estaba abandonada y solitaria—. Databa del s. XVII , era grande y vieja. Las ventanas eran pequeñas,como las de una prisión, y estaba rodeada por un muro alto de ladrillo. Lo cierto es que resultaba difícil encontrar una casa más inhóspita. Pero a Moore le pareció perfecta, así que fue en busca del abogado del pueblo, el señor Carnford, que era el encargado de alquilarla.
Al conocer las intenciones de Moore se mostró satisfecho de poder alquilar al fin la casa.
—Megustaría poder dejársela gratis —dijo— sólo para que esté habitada después de todos estos años. Lleva tanto tiempo vacía, que la gente ha creado en torno a ella una leyenda absurda. Pero podrá comprobar que esas historias no son reales.
Moore no juzgó necesario pedir al abogado más detalles sobre la leyenda en cuestión. Así que pagó la renta y salió de la oficina del abogado con las llaves dela casa en el bolsillo. El señor Carnford también le proporcionó el nombre de una vieja criada, para que se ocupara de las tareas cotidianas. En el camino, fue a ver a la señora Wood, la patrona del hotel.
—He alquilado una casa para instalarme en ella unas semanas —le dijo—. ¿Podría recomendarme lo que voy a necesitar, para ir a comprarlo? La verdad es que en cosas del hogar soy uncompleto ignorante.
—¿Dónde se va a hospedar, señor? —preguntó la señora Wood.
Cuando Moore se lo dijo, palideció y, horrorizada, exclamó:
—¡No, por favor, La Casa del Juez, no!
Moore le pidió que le hablara sobre la casa.
—¿Por qué la llaman La Casa del Juez? ¿Y por qué nadie quiere vivir en ella?
2
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—Pues bien, señor —contestó la señora—. Hace un tiempo, no se cuánto exactamente, vivió allí un juez. Era un hombre muy despiadado y cruel. Pocos reos se libraban de ser ejecutados. No sentía compasión por ninguno. Pero, por lo que se refiere a la casa, en sí misma, lo cierto es que no podría decirle, porque aunque he preguntado por ello muchas veces, la verdad es que nadie me ha dado detalles…—le costaba explicarse—. La sensación que impera en el pueblo es la de que hay algo raro allí. Por mi parte, señor —dijo—, ¡no me quedaría en esa casa ni por todo el dinero del mundo!
Pero, inmediatamente se disculpó con Moore:
—Siento preocuparlo, señor. Pero si usted fuera mi hijo, no le dejaría pasar allí ni una sola noche.
—¡Cuánto le agradezco que sepreocupe por mí, señora Wood! —replicó Moore—. Pero esté tranquila. Tengo mucho que estudiar y no tengo tiempo para horrores ni misterios.
La señora le prometió hacer la compra por él. Moore fue entonces a ver a la señora Dempster, la vieja criada que le había recomendado el señor Carnford, la cual mostró una magnífica disposición de trabajar para él.
Cuando, dos...
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