La celestina
Madre mia, abrevia tu razón o toma esta espada y mátame.
Aprovecha Celestina para resaltar lo arduo de su empresa:cómo tuvo que arriesgar su vida, poniéndola al tablero, y cómo logró al fin ganarse la amistad de Melibea; de tal manera que en adelante le abriría la puerta a pesar de su pobre apariencia:
Buenase puede decir, pues queda abierta puerta para mi tornada y antes me recibirá a mí con esta saya rota, que a otro con seda y brocado.
Calisto seguía impaciente:
CAL. __ Dime, por Dios, señora,¿Qué hacía? ¿Cómo entraste? ¿Qué tenía vestido? ¿A qué parte de casa estaba? ¿Qué cara te mostró al principio?
CEL. __ Aquella cara, señor, que suelen los bravos toros mostrar contra los que lanzanlas agudas flechas en el coso, la que los monteses puercos contra los sabuesos, que mucho los aquejan. CAL. __ ¿Y a esas llamas señales de salud? . Pues ¿cuáles serán mortales? No por cierto la mismamuerte: que aquélla alivio sería en tal caso deste mi tormento, que es mayor y duele más.
Pármeno, entre tanto, no deja de entremeter comentarios duros contra Celestina y los locos enamorados;Sempronio trata de contenerle para impedir que eche abajo todo el negocio que están tramando. Calisto se arrodilla en frente de Celestina mientras que ella continúa contándole lo que ocurrió entre ella yMelibea, de manera muy prolija, hasta llegar al cordón que entrega a Calisto. Este cae en el delirio:
CEL. __ ... Toma este cordón, que, si yo no me muero, yo te daré a su ama.
CAL. __ ¡Oh nuevohuésped! !Oh bienaventurado cordón, que tanto poder y merecimiento tuviste de ceñir aquel cuerpo, que yo no soy digno de servir! ¡Oh nudos de mi pasión, vosotros enlazasteis mis deseos!
Celestina...
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