La Chica De Seda Artificial

El fragmento de La chica de seda artificial propuesto para el comentario, se centra sobretodo en la relación de Doris con su vecino berlinés, el señor Benner. Los Benner son un matrimonio humilde ya que el único ingreso que entra en la casa es lo que consigue la malhumorada señora Benner cosiendo y planchando ropa. El señor Benner se quedó ciego a causa de un accidente en la Gran Guerra y antesde la llegada de Doris su vida parece haber sido bastante triste, o así nos lo hace entender Doris: “Tiene cuarenta años y siempre está sentado muy triste en la cocina con la vista fija en la pared, aunque no puede verla”1.

El hecho que el señor Benner sea ciego es un recurso que Keun utiliza muy acertadamente: Le sirve para poner de manifiesto el contraste de cómo viven la ciudad y la vidaalguien que no puede ver y alguien ansiosa de observar, que absorbe como una esponja las luces de neón, los carteles de los cines, las fotos publicitarias, las telas, las sedas tornasoladas, la gente en las calles y en los bares. Este contraste queda patente desde la primera frase que Doris escribe sobre el señor Benner: “En el piso de debajo nuestro vive el señor Benner, que ya no puede ver nada, nitiendas, ni luces parpadeantes, ni anuncios modernos ni nada.”2, lo que parece ser imprescindible para Doris, ver tiendas, luces parpadeantes, anuncios modernos, él no puede verlo. Ni eso, ni nada. Aunque Doris no es tonta y añade no mucho más tarde “Benner es un hombre muy fino que piensa mucho y me cuenta sus reflexiones. Y siempre piensa en la cocina, y cuando llega su mujer, solo se oyen susgritos; se queja de él porque, por su culpa, tiene que deslomarse trabajando. Entonces él huye con la imaginación de la cocina.”3. Si bien es cierto que el señor Benner parece consumido en su cocina, Doris adivina que, pese a la carencia de la vista, él posee, como ella, una potente imaginación que le ayuda a sobrevivir. En este aspecto, los dos extremos, el del que no ve y el de la que no para demirar, llegan a un encuentro; ambos necesitan de su imaginación para seguir con sus vidas.

Pero Doris y el señor Benner llegan a un encuentro más íntimo todavía: ella se convierte en los ojos de él para ver la ciudad. “Yo colecciono imágenes para él. Paseo por las calles y los locales, entre la gente y las farolas. Luego intento memorizar lo que he visto y se lo cuento.”4 “En fin, que vivo enBerlín primero para mí y luego para Benner”5.

Esta tarea se convierte para Doris en algo primordial, tal y como ella expresa “Yo le llevo Berlín”6, claro está, se trata de un Berlín tamizado por el carácter de Doris y por lo que capta su atención y es capaz de memorizar. Se trata pues de un relato subjetivo de la ciudad. Quizás sea imposible relatar una ciudad objetivamente. Doris mezcla loque ha visto con su imaginación y con su pensamiento, aúna en una desbocada descripción lo que ve, lo que le gustaría ver y lo que ha pensado o piensa en el momento de contarle a Benner cómo es Berlín. Gracias a sus descripciones podemos conocerla más y se convierte en un personaje cada vez más redondo y complejo, lleno de matices que va desvelando su aparente frivolidad para dejar a la vista suingenuidad.

“¿Y qué has visto? […] ¿Qué has visto? […] ¿Qué más ves? ¿Qué más ves? […] ¿Qué más ves? ¿Qué más ves? […] ¿Qué más? ¿Qué más? […] ¿Qué has visto? ¿Qué has...? […] ¿Y qué más? ¿Qué más? […] ¿Qué más? ¿Qué más? […] ¿Qué más? ¿Qué más? […] ¿Qué más? ¿Qué más?”7 pregunta con avidez durante páginas el señor Benner. Tiene sed de descripciones que iluminen su memoria y activen suimaginación, como un niño que quiere que le cuenten otra historia más. Doris se agota en algunos momentos “Se me han desgastado los ojos de ver...”8, pero se muestra paciente y sigue relatando imágenes y pensamientos, quizás por que ella es también como una niña que busca atención y está encantada de que alguien aprecie la utilidad de sus paseos sin rumbo, de su deambular por la ciudad, e incluso a ella...