La ciencia del matrimonio
¿Por qué unos matrimonios fracasan y otros no? ¿Se pueden controlar ciertas variables para lograr el éxito de una relación? Estas y otras preguntas rondaban durante su crisis matrimonial en la mente de Tara Parker-Pope, una reconocida bloguera de salud del diario The New York Times. Buscó respuestas en los libros de autoayuda, y si bien encontró muchos textosdedicados a mejorar la relación de pareja, ninguno la satisfizo porque no tenían bases científicas. Frustrada, navegó en Internet, y para su sorpresa, encontró un vasto número de estudios serios que analizan con lupa las relaciones matrimoniales y han determinado cuáles de ellas van a durar y cuáles no.
Aunque su matrimonio terminó en las rocas, esa investigación personal la inspiró a escribir un libroque recoge los resultados de esas investigaciones y los factores que inciden positiva y negativamente en las relaciones amorosas. "Entender la ciencia del matrimonio es como tener una bola de cristal para predecir cuáles de ellas van rumbo al estanco y cuáles van a permanecer", señala en su libro, titulado For Better: The Science of a Good Marriage (Para bien: la ciencia de un buen matrimonio). Elobjetivo del libro es diagnosticar y tratar los problemas maritales "de la misma manera en que un médico manejaría un cáncer, una diabetes o cualquier otra enfermedad", dice la autora.
El gran hallazgo de Parker-Pope fue que las personas se han enfocado en aspectos equivocados de la relación, como el sexo y la compatibilidad, y han dejado a un lado los pequeños detalles: el tono de las peleas,las muestras de afecto o, para no ir más lejos, los ronquidos, pues este problema, según los estudios, es causante de que un tercio de las parejas abandonen el lecho marital en Estados Unidos.
Recordar cómo se conocieron, por ejemplo, ha resultado ser una prueba diagnóstica para ver cómo va la relación hoy. Lo anterior tiene sustento en un trabajo realizado en 1992 por John Glottman, de laUniversidad de Washington, con un grupo de 52 parejas casadas. Luego de una entrevista en la que cada cual contaba cómo se habían conocido, Glottman pudo concluir con 94 por ciento de certeza cuáles iban a terminar en divorcio y cuáles a continuar. Los esposos que estaban felices recuentan ese momento entre risas y nostalgia, mientras que los otros reproducen el momento dejando ver la insatisfaccióndel momento. "Se enfocan en los detalles más negativos", dice la autora.
El lenguaje que usan las parejas es crucial. Las más felices pronuncian con mayor frecuencia los pronombres "nosotros" y "nuestra", mientras que las desdichadas usan más el singular: "yo", "mío" y "tu". "Las parejas que no piensan de sí mismos en términos de nosotros viven una vida paralela y no se sienten conectados conel otro", dice Parker-Pope. Incluso aquellos con uniones sólidas recuerdan los momentos más difíciles de la relación de manera positiva, mientras que los otros lo hacen en forma negativa o sarcástica.
La gente cree que el problema de las peleas es la frecuencia y el tema. No obstante, con base en los estudios de la Universidad de Washington, Parker-Pope asegura que lo más relevante es el tono dela discusión, quién la inicia y cómo se presenta el argumento. En este sentido los tres primeros segundos son definitivos no solo para saber si el altercado será productivo o dañino en el corto plazo, sino para determinar cuáles matrimonios sobrevivirán y cuáles se divorciarán en los siguientes seis años. Los que comienzan con brusquedad y críticas van directo a más problemas; los que lo hacensuavemente sacan provecho de la discusión. "Hay una gran diferencia entre decir 'tú nunca quieres tener relaciones sexuales. Siempre estás cansado, qué es lo que te pasa' a decir 'quisiera que hiciéramos el amor con más frecuencia'", señala Parker-Pope.
Lo importante es que las parejas eviten las peleas groseras, llenas de críticas y sarcasmos. Hablar bajo y tranquilo, mirar al otro a los ojos...
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