La ciudad: la difamación de la pesadilla
La ciudad de México, desordenada y casi vacía, necesita de la creación de los alrededores -que se llamaron provincia-, y los sitios lejanos para inventarel espacio. El centro no se define por su ubicación, sino que prueba el axioma imperial de que lo central no depende de lo secundario.
Desde su génesis, la ciudad de México ha dispuesto de cantores,profetas, prologuistas, transcriptores, cronistas y narradores; todos localizan en la ciudad al cuerpo formidable, los distintos escenarios, situaciones y existencias que instalan un determinismourbano; es la traza la que forja la ciudad, es la desmesura de la misma la responsable de la psicología diferente o el animo enlazado de quienes habitan la desmesura, desembocado en un pragmatismoagónico.
El centralismo, que tanto se acusa a la ciudad, es paradójicamente su atractivo irresistible, es el único ámbito donde son posibles las variantes legitimas de diversión. Divertirse pese a lacensura eclesiástica, el racismo, la represión de clase, las plagas, la incertidumbre, la violencia y los demonios del desempleo. Divertirse con sentimiento de culpa que le es circunstancial a laciudad.
El desempleo es la primera vocación criminal de las masas, el ascenso del dólar la asunción de este; no hay quien te quiera pagar por que hagas algo, porque hacerla, lo que se llama hacerla, nomás no.
La ciudad se caracteriza por el juego de ofrecimientos y negaciones, se distingue por el cúmulo de ofertas y dificultades para su aprovechamiento.
Así, la ciudad de México, es la danza delsubempleo alrededor de los semáforos, la unidad nacional en torno a la telenovela de moda, la incursión jubilosa y amedrentada en la vida nocturna, es el alud de franquicias que subrayan la falsa yasombrosa semejanza con cualquier ciudad norteamericana.
El orden de la ciudad es el resultado de la imposibilidad de que se advierta el desorden. El carácter homogéneo de la ciudad se deriva de la...
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