Mario Vargas Llosa La ciudad y los perros BIBLIOTECA DE BOLSILLO BIBLIOTECA DE BOLSILLO La ciudad y los perros MARIO VARGAS LLOSA naci en Arequipa, Per, 1936. Curs sus primeros estudios en Cochabamba, Bolivia, y los secundarios en Lima y Piura. Se licenci en Letras en la Universidad de San Marcos de Lima y se doctor por la de Madrid. Ha residido durante algunos aos en Paris yposteriormente en Londres y Barcelona. Aunque haba estrenado en 1952 un drama en Piura y publicado en 1959 un libro de relates, Los jefes, que obtuvo el Premio Leopoldo Alas, su carrera literaria cobro notoriedad con la publicacin de la novela La ciudad y los perros (Seix Barral, 1963), que obtuvo el Premio Biblioteca Breve de 1962 y el Premio de la Critica en 1963 y que fue casiinmediatamente traducida a una veintena de lenguas. En 1966 apareci su segunda novela, La casa verde (Seix Barral), que obtuvo asimismo el Premio de la Critica en 1966 y el Premio Inter- nacional de Literatura Rmulo Gallegos en 1967. Posteriormente ha publicado el relato Los cachorros (1967, edicin definitiva junto con Los jefes Seix Barral, 1980), la novela Conversacin en La Catedral (Seix Barral,1969), el estudio Garca Mrquez Historia de un deicidio (1971), la novela Pantalen y las visitadoras (Seix Barral, 1973), el ensayo La orga perpetua Flaubert y Madame Bovary (Seix Barral, 1975), la novela La ta Julia y el escribidor (Seix Barral, 1977), las piezas teatrales La seorita de Tacna (Seix Barral, 1981), Kathie y el hipoptamo (Seix Barral, 1983) y La Chunga. (Seix Barral, 1986) y las novelasLa guerra del fin del mundo (Seix Barral, 1981), Historia de Mayta (Seix Barral, 1984), -.Quien mat a Palomino Molero (Seix Barral, 1986) y El hablador (Seix Barral, 1987). Ha reunido sus textos ensaysticos del perodo 1962-1983 en dos volmenes, titulados Contra viento y marea (Seix Barral, 1986). LA CIUDAD Y LOS PERROS - Mario Vargas Llosa I -Cuatro -dijo el Jaguar. Los rostros sesuavizaron en el resplandor vacilante que el globo de luz difunda por el recinto, a travs de escasas partculas limpias de vidrio el peligro haba desaparecido para todos, salvo para Porfirio Cava. Los dados estaban quietos, marcaban tres y uno, su blancura contrastaba con el suelo sucio. -Cuatro -repiti el Jaguar- Quin -Yo -murmur Cava- Dije cuatro. -Aprate -replic el Jaguar- Ya sabes, el segundo dela izquierda. Cava sinti fro. Los baos estaban al fondo de las cuadras, separados de ellas por una delgada puerta de madera, y no tenan ventanas. En aos anteriores, el invierno slo llegaba al dormitorio de los cadetes, colndose por los vidrios rotos y las rendijas pero este ao era agresivo y casi ningn rincn de colegio se libraba del viento, que, en las noches, consegua penetrar hasta en los baos,disipar la hediondez acumulada durante el da y destruir su atmsfera tibia. Pero Cava haba nacido y vivido en la sierra, estaba acostumbrado al invierno era el miedo lo que erizaba su piel. -Se acab Puedo irme a dormir -dijo Boa un cuerpo y una voz desmesurados, un plumero de pelos grasientos que corona una cabeza prominente, un rostro diminuto de Ojos hundidos por el sueo. Tena la boca abierta,del labio inferior adelantado colgaba una hebra de tabaco. El Jaguar se haba vuelto a mirarlo. -Entro de imaginaria a la una -dijo Boa-. Quisiera dormir algo. -Vyanse -dijo el Jaguar- Los despertar a las cinco. Boa y Rulos salieron. Uno de ellos tropez al cruzar el umbral y maldijo. -Apenas regreses, me despiertas -orden el Jaguar- No te demores mucho. Van a ser las doce. -S -dijo Cava. Su rostro,por lo comn impenetrable, pareca fatigado-. Voy a vestirme. Salieron del bao. La cuadra estaba a oscuras, pero Cava no necesitaba ver para orientarse entre las dos columnas de literas conoca de memoria ese recinto estirado y alto. Lo colmaba ahora una serenidad silenciosa, alterada instantneamente por ronquidos o murmullos. Lleg a su cama, la segunda de la derecha, la de abajo, a un metro de la...
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