la cocina
fundamental para la formación de la cocina portuguesa. No obstante, fue a partir de los
descubrimientos que la cocina portuguesa se vio decisivamente enriquecida ganando nuevos
sabores y aromas traídos de África, de América y de las Indias. De este modo, la cocina portuguesa pasó a solidificarse y presentar una gran diversidad de recetas. Precisamente en el
período de los descubrimientos se publica en Lisboa, en 1680, el primer libro sobre cocina
Arte
de la Cocina,
el cual reunía las recetas tradicionales portuguesas con un matiz aristocrático.
Los
arraiamiúda
(expresión popular que se refiere a las personas de poco valor dentro de un grupo) y los plebeyos no pensaban en dejar escrita la técnica sabiamente transmitida por la
práctica, generación tras generación, a través de campesinas y mujeres del pueblo dentro de
las villas, aldeas y ciudades (Cascudo, 2004: 889).
Es importante destacar que la pastelería tiene una considerable importancia en la historia de la
alimentación portuguesa. Los dulces de Portugal se originan en el siglo XVI en los conventos y monasterios de todo el país. A título de ejemplo se citan los
ovosmoles de Aveiro,
cuya forma
de prepararlos se atribuye a las monjas de la Orden de las Carmelitas en el siglo XIX; las
quesadillas de Sintra
, que se originaron en el siglo XIX; los
pastéis de Belém o
riginados en el
Monasterio de los Jerónimos; el
pastel de Don Rodrigo;
los
pasteles de Tentúgal;
la
Lampreia
de Portalegre
; los embozados de huevos,
relacionados con el Convento de São Bernardo de
Portalegre; los
fardos de huevos des Caldas;
la
barriga de freira de Arouca
; las
rebanadas de
tomar;
las
tigeladas de Abrantes
; entre muchos otros (Almeida et al, 2009: 6).
Con el objetivo de recorrer nuevamente el camino de las Indias para establecer relaciones comerciales y políticas con Oriente, la escuadra portuguesa comandada por Pedro Álvares
Cabral partió de Lisboa el 9 de Marzo de 1500. De acuerdo con Santos (2001: 441) el fuerte
paladar portugués fue uno de los factores que lo llevó a emprender la búsqueda del camino
marítimo hacia las Indias en procura de condimentos: pimienta, clavo, canela, etc. Todo ese esfuerzo que representaba diversos riesgos no hubiera sido emprendido si el paladar no fuera
algo relevante para el lusitano.
Lo inesperado se vio al avistar una tierra que inicialmente llamaron Monte Pascual, nombre que
sufrió algunas modificaciones debido a la abundancia del árbol PauBrasil que finalmente le dio
la denominación de Brasil (Cotrim, 1998). Pero la nueva tierra que los portugueses descubrieron del otro lado del Atlántico no estaba deshabitada. Había pueblos que fueron
denominados
indios,
a partir del equívoco de Colón que creía que las islas a las que había
arribado pertenecían a la soñada y deseada India (Melo, 1974: 55).
El portugués se encontró con grandes resistencias indígenas, además de todo lo que
encontrara de diferente respecto al continente europeo: el clima, la vegetación, la alimentación, entre muchos otros aspectos. En cuanto al colonizador, la intención de Portugal no era
diferente de la de los países europeos: explorar las tierras conquistadas. Como al principio no
se encontraron en las tierras brasileñas metales preciosos, productos que permitieran un lucro
inmediato, recién en 1530 se decidió ocupar definitivamente Brasil. Esto se debió al recelo de perder las tierras a manos de Francia, Holanda e Inglaterra, países que no se encontraban
vinculados por el Tratado de Tordesillas, que reglaba el reparto de América entre Portugueses
y Españoles (Cotrim, 1998).
Refiriéndose al modo como se dio el dominio de las tierras brasileñas, Melo (1974: 93) relata
que el portugués
aplicó
[ un]
sistema de colonización, que fue, en realidad, una transculturación ...
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