La Columna De Hierro, Taylor Cadwell

“El poder y la ley no son sinónimos. La verdad es que con frecuencia se encuentran en irreductible oposición”. Este punto nos da como referencia que existe la ley de Dios, y de esta se derivan todas las leyes equitativas de los hombres y que así mismo deben ajustarse para no morir en la opresión, el caos y la desesperación. El poder del hombre es perverso, los hombres de buena voluntad seopondrán a los gobiernos regidos por los hombres, destruirán al gobierno que intente administrar justicia según el capricho o el poder de jueces venales.

Marco Tulio Cicerón un hombre que no era irritable por naturaleza, más bien amable y cariñoso pero siempre un poco abstraído; su rostro era de tez morena y delgado, grandes ojos negros que no lograban parecer severos. Sus rasgos suaves y precisos, suentrecejo denotaba benevolencia y su barbilla daba la impresión de ser indeciso. Un joven que representaba menos edad lo cual era un fastidio para él. Tenía la calma y sus manos eran pasivas, su fino cabello castaño le crecía desordenado, la forma de caer en su cráneo parecía como si hubiese sido pintado en ese sitio y nunca fuera a crecer de la manera de un hombre viril. Prefería las vocesmelosas, la música, los libros y la tranquilidad, admiraba a los militares pero prefería mantener cierta distancia de ellos, por lo que pensaba que podía llevar sangre griega en las venas de alguno de sus antepasados.

Su padre, un romano chapado a la antigua, el cual llevaba el mismo nombre, Marco Tulio Cicerón, al que le gustaba vestirse de pieles y cuero, recorrer a caballo la comarca rodeado porpalafreneros, cazar ciervos, regresar a casa con el rostro enrojecido, de buen humor y quitándose la escarcha que le caía encima, dando fuertes puntapiés y aporreándose el pecho. Era un hombre que creía que ser virtuoso consistía en ser desdichado y en esto se parecía a su nuera Helvia, una joven robusta, que por desgracia, también era de costumbres muy rudas. Tenía unos ojos muy bonitos, grandesy de color cambiante a mayor claridad, espesas pestañas negras, su rostro redondo era perfecto, de un ligero tinte oliváceo, suave como la seda, su frente era estrecha, nariz ligeramente aquilina con amplias ventanas, su boca era grande y tan cándida como la de una niña, tenía un hoyuelo en su barbilla, cuello corto diluyéndose en la curvatura de los hombros, senos redondos y sus brazos eranmusculosos, las manos anchas y fuertes, era todo salud, vitalidad y viveza en ella, aun siendo que llevaba sangre patricia en sus venas, jamás sentía frio y siempre gozaba de la más perfecta salud. Procedía de la familia de los Helvios, a menudo visitaba la cocina o los graneros para vigilar el trabajo del personal doméstico. Marco Tulio Cicerón padre la consideraba una excelente matrona y pensaba quesu hijo era afortunado. A pesar de ser tan joven, pues solo tenía dieciséis años, intimidaba o provocaba miedo en el viejo. Su esposo opinaba que las leyes de la naturaleza estaban sometidas a ella. Para ella no había nada sutil, nada inconmensurable, maravilloso o inexplicable, no tenía dudas acerca de nada. Ejecutaba todos sus deberes a la perfección y era grandemente admirada. Nunca contemplóuna estrella o una flor, nunca sintió un éxtasis en primavera ni penas inexplicables, ni se atemorizó por el futuro. Tulio pensaba a veces que Helvia miraba las cosas igual que las ve un animal en calma, aceptando todo con sencillez y sin maravillarse, teniendo apetitos directos y esperando que los hombres y animales fueran buenos y se comportaran bien en todo momento.
El matrimonio entre MarcoTulio Cicerón hijo y Helvia, dio fruto a su primer hijo el 3 de Enero del año 648 de la fundación de Roma, y como era natural fue llamado con el mismo nombre de su padre y abuelo. Lira, la sirvienta, una vieja con bigote que usaba un grueso chal sobre los hombros, una mujer valerosa que intimidaba tanto a hijo como padre, había cuidado de Helvia en su infancia y en...