La compañía de Jesús

LA COMPAÑÍA DE JESÚS
El fundador de la Orden de los Jesuitas fue el décimo tercero hijo de un hidalgo español, nació en 1491, en la casa solariega de sus mayores, que lleva el nombre de Loyola en la provincia de Guiúzcoa. Se llamaba Iñigo López de Recalde, pero ha pasado a la historia como San Ignacio de Loyola. Durante su adolescencia fue paje en la Corte del Rey Fernando el Católico y enaquellos tiempos solo pensaba en hechos de armas, en aventuras románticas y en glorias militares, una mezcla en su persona de devoción mística, fervor católico y entusiasmo caballeresco.
Treinta años tenía Iñigo cuando sucedieron los acontecimientos que habrían de determinar los rumbos futuros de su vida y afectar tan poderosamente los destinos de la cristiandad católica. Los franceses invadieronNavarra y éste tomó parte de la defensa de la cuidadela de Pamplona y el 20 de mayo de 1521 un proyectil le hirió la pierna derecha y al cabo de varios meses de tormentos, se quedó cojo para toda su vida. “Durante su doloroso calvario leyó cuantos libros podía encontrarse (Vida de Cristo y las flores de los santos, entre los principales). Su camino estaba trazado pues llegaría a ser el Caballeroespiritual de Cristo y de la Virgen. Animado por este fervor, huyó de su casa paterna en la primavera de 1522. Hizo los votos de castidad y abstinencia y se dirigió en peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Monserrat, cerca de Barcelona y se sienta en las banquillas de la escuela a cuestas para aprender el latín, (1524-1526)”, (Symonds J. A, 1987).
Prosigue más tarde en las famosasuniversidades de Alcalá y salamanca (1526-1528) sus estudios de Filosofía y Teología. Pero no por ello podía apartarse de su misión de fundador y apóstol que se había asignado. Enseñaba a discípulos, predicaba y se esforzaba por formar una secta de devotos. Hasta que el Santo Oficio se fijó en él y lo atacó. Por dos meses fue recluido en la prisión, acusado por herejía, pero en las dos ocasiones,demostró su inocencia; no así, fue sentenciado a estudiar cuatro a años más de Teología en Paris. Allí los largos años de noviciado y peregrinación comenzaban ahora a dar frutos, la creación de la Compañía de Jesús.
Sus dos primeros discípulos fueron Pedro Fabro y Francisco Javier que gracias a la firme voluntad, la fervorosa confianza y la santa Vida de Loyola les inspiraba a seguir adelante conCristo. “Así con ese mismo éxito logro atraer a los otros siete discípulos: Diego Laínez, Alfonso Salmerón y Nicolas de Bonilla, españoles los tres; el portugués Simón Rodríguez d´Azevedo; dos franceses, Jean Codure y Brouet, y un saboyardo, Claude Le Jay”, (Fraile, G. 2000). Todos estos neófitos fueron sujetos por Ignacio a una rigurosa disciplina, basada en sus Ejercicios Espirituales, libro tanpequeño, pero “el más trascendental de la Edad Moderna Católica”, es un compendio de las prácticas de la Ascética para conseguir por la penetración intelectual, afectiva y efectiva del Ideal cristiano y socorro ardientemente implorado de la divina gracia, la orientación práctica de nuestra vida para el mayor servicio de Dios.
“El 10 de Agosto de 1534 los diez hicieron voto de castidad y pobreza enla Iglesia de Santa María de Montmartre y se comprometieron a emprender la cruzada misionera en Palestina o, si ello resultaba impracticable, a ponerse, como devotos instrumentos sin condiciones y sin remuneración alguna, en manos del Soberano Pontífice”, (Realle, G. A. 1988).
“El primer contacto de Loyola con la sociedad Italiana, durante su estancia en Venecia, le permitió darse cuenta, de queallí, estaba la empresa que aguardaba por él, y que ansiosamente buscaba. Italia, manantial y foco de la luz intelectual derramada sobre Europa. Italia necesitaba dominación sobre las almas.
Caraffa y los teatinos le brindaron albergue y Giorolamo Miani, abrió una serie de casar religiosas que puso a disposición de esta Orden, para los deberes de la predicación y el sacerdocio, y para la...