la comuna de paris
de P a r í s
1
P i ot r
K r opot k i n
SOV Baix Llobregat, 2009
La Comuna de París
Piotr Kropotkin
I
El 18 de marzo de 1871, el pueblo de
París se sublevó contra un poder detestado y despreciado por todos y declaró la
ciudad de París independiente, libre,
dueña de sí misma.
Este derribo del poder central se hizo
incluso sin la puesta en escena ordinaria
deuna revolución: ese día no hubo disparos de fusil, ni charcos de sangre vertida tras la barricadas. Los gobernantes se
eclipsaron ante el pueblo armado, que se
echó a la calle: la tropa evacuó la ciudad,
los funcionarios se apresuraron a huir
hacia Versalles llevándose todo lo que
pudieron llevarse. El gobierno se evaporó, como una charca de agua pútrida con
el soplo de un viento deprimavera, y el
19, París, sin haber vertido apenas una
gota de la sangre de sus hijos, se encontró libre de la contaminación que apestaba la gran ciudad.
Y, sin embargo, la revolución que acababa de realizarse de este modo abría
una nueva era en la serie de revoluciones, por las que los pueblos marchan de
la esclavitud a la libertad. Bajo el nombre de Comuna de París, nació una idea
nueva, llamadaa convertirse en el punto
de partida de las revoluciones futuras.
Como ocurre siempre con la grandes
ideas, no fue el producto de la concepción de un filósofo, de un individuo: nació en el espíritu colectivo, salió del corazón de un pueblo entero; pero al principio fue vaga y muchos entre los mismos
que la realizaron y que dieron la vida por
ella, no la imaginaron entonces tal como
laconcebimos hoy en día; no se dieron
cuenta de la revolución que inauguraban, de la fecundidad del nuevo principio que intentaban poner en práctica.
Fue sólo en su aplicación práctica, cuando se empezó a entrever su importancia
futura; fue sólo en el trabajo del pensamiento que ocurrió más tarde, cuando
este nuevo principio se precisó más y
más, se determinó y apareció con toda su
lucidez, todasu belleza, su justicia y la
importancia de sus resultados.
Desde que el socialismo tomó nuevo
impulso en los cinco o seis años que precedieron a la Comuna, una cuestión sobre todo preocupaba a los teóricos de la
próxima revolución social. Era la cuestión de saber cual sería el modo de agrupación política de las sociedades más favorable a esta gran revolución económica que el desarrollo actualde la industra
impone a nuestra generación y que debe
ser la abolición de la propiedad individual y la puesta en común de todo el capital acumulado por las generaciones
precedentes.
La Asociación Internacional de Trabajadores dió esta respuesta. La agrupación, dijo, no debe limitarse a una sola
nación: debe extenderse por encima de
las fronteras artificiales. Inmediatamente esta gran ideapenetró el corazón de
los pueblos, se apoderó de los espíritus.
Perseguida después por la liga de todas
las reacciones, ha sobrevivido sin embargo y, cuando los obstáculos puestos a su
desarrollo sean destruidos a la voz de los
pueblos insurgentes, renacerá más fuerte que nunca.
vía muy vago y es fácil ver al mismo
tiempo que no puede comprender toda
la diversidad de las manifestacioneshumanas. Hacía falta encontrar una formula más neta, más aprehensible, con sus
Pero quedaba por saber cuáles iban a elementos primarios en la realidad de las
ser las partes integrantes de esta vasta cosas.
Asociación.
Si se hubiera tratado simplemente de
Entonces dos grandes corrientes de elaborar una teoría, habríamos dicho:
ideas se enfrentaron para responder esta ¡Qué importan lasteorías! Pero, en tanto
pregunta: el estado popular, de una par- que un idea nueva no encuentra su
enunciado neto, preciso y derivado de
te, de la otra, la anarquía.
las cosas existentes, no se apodera de los
Según los socialistas alemanes, el esta- espíritus, no los inspira hasta el punto de
do debería tomar posesión de todas las lanzarlos en una lucha decisiva. El pueriquezas acumuladas y...
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