La Concepción Cristiana De La Historia

Breves notas acerca de la concepción cristiana de la historia

La concepción cristiana de la historia, contempla la evolución de la humanidad como algo necesariamente pasivo, movido desde fuera, guiándose por las profecías. Había en especial y conserva tres grandes modelos de proféticos de interpretación histórica que se empleaban o emplean complementariamente, puesto que no podía habercontradicción entre ellos. El primero derivaba de Daniel, quien había visto salir del mar cuatro grandes bestias; la cuarta tenía diez cuernos, entre los cuales despunto un onceavo –con pequeños ojos como de hombre y una boca que profería cosas grandes o jactanciosas- cuyo nacimiento se produjo al mismo tiempo que la caída de tres de los anteriores. Entre tanto apareció el anciano de los días, lacuarta bestia fue muerta y arrojada al fuego, y el viejo sentóse para juzgar y fueron abiertos los libros. La interpretación habitual sostenía que las cuatro bestias representaban a los cuatro grandes imperios conocidos por los judíos –babilónico, medo persa y macedonio- , tras de los cuales vendría el fin del mundo. La necesidad de actualizar una profecía que, entendida así, no se había cumplidollevó a refundir en uno solo a los imperios medo y persa, y a hacer que el papel del cuarto pasase al romano. El problema, como se verá, se produjo con la caída del imperio romano, momento en que hubo que añadir que los diez cuernos eran diez reinos, como los surgidos de las ruinas del imperio, que podían durar tanto como conviniese hasta que apareciese el onceavo cuerno: el Anticristo, anunciadorinminente del fin del mundo. El segundo modelo es el del Apocalipsis de san Juan, que empalma en algunos aspectos con la visión de Daniel –hay una bestia salida del mar con siete cabezas y diez cuernos coronados, por ejemplo-, un nuevo y enigmático elemento, que estaba destinado a tener un papel muy importante en la historia profética medieval: habrá un periodo de mil años en que, encerrado el diabloen el abismo, se producirá una primera resurrección, limitada a los elegidos, y Cristo reinará en paz con ellos en el mundo. Al cabo de este milenio feliz, se volverá a soltar el dragón infernal un corto tiempo, para que engañe a las naciones, y luego vendrán la segunda resurrección –la de todos los muertos- y el juicio final. El tercer modelo, que deriva de la literatura patrística*, es el de lallamada semana cósmica. A semejanza de los seis días de la creación, más el séptimo de descanso, la historia del mundo se divide en seis épocas, que corresponden también a las seis edades del hombre*, de la infancia a la senilidad. La séptima edad de la historia sería la del final de este mundo, tal vez la del milenio anunciada por san Juan. Se solía creer, basándose en los textos bíblicos, quelos días de la semana cósmica eran de mil años, de modo que al cabo de seis mil años después de la creación comenzaría la fase final de los tiempos.
Los modelos proféticos se acomodaron a la historia del Imperio, y los cristianos, que vivían en una perpetua espera del fin del mundo que iba a traerles los años felices del milenio, escrutaron las evidencias de la decadencia de roma para leer enellas los signos del tiempo que aguardaban. Sin embargo, el hecho de ligar el cumplimiento de las profecías a un acontecimiento terrenal tenía el grave inconveniente de someterlas a prueba, y de poner en peligro la fe si las previsiones no se realizaban. De ahí que un personaje como san Agustín, obispo de Hipona (353-430), combatiera tal identificación, en especial después del año 410, cuando Romafue conquistada y saqueada por Alarico. De ese estímulo surgió La ciudad de Dios, que no se limitaba a condenar las especulaciones proféticas, sino que iba más allá: reinterpretaba la historia, separando la de Roma del cristianismo, la ciudad terrenal de la divina, que era aquélla a que pertenecía legítimamente el cristiano. La única a que se referían las profecías, y cuya historia no tenía...