La Confianza Brasile A
Brasil y Uruguay disputaron aquella final de la Copa del Mundo el 16 de junio de 1950 en el Maracaná. El dueño de casa estrenaba el estadio más grande del mundo. Brasil era una fija, la final era una fiesta. Todo estaba dado: por el sistema de liguilla utilizado para la fase final de aquel torneo, los brasileños se consagraban campeones con tan sólo un empate. Losjugadores brasileños, que venían aplastando a todos sus rivales de goleada en goleada, recibieron en la víspera, relojes de oro que al dorso decían: Para los campeones del mundo. A la salida del estadio se encontraban once limusinas listas para llevar a cada uno de los jugadores brasileños a sus hogares.
Los principales diarios de Brasil ya tenían sus primeras planas impresas, las carrozas estabanpreparadas para encabezar el carnaval de los festejos y ya se habían vendido más de 500.000 camisetas con la inscripción de: “Brasil Campeao 1950”, el estadio se encontraba decorado con pancartas que decían: “Homenaje a los Campeones del Mundo”, además la Casa de la Moneda había acuñado monedas conmemorativas con los nombres de los jugadores brasileños, la banda de músicos presente en el estadio,quienes al finalizar el cotejo debían tocar el himno del ganador, no tenían la partitura del Himno Uruguayo.
Incluso el mismo presidente de la F.I.F.A., Jules Rimet, que estaba convencido del triunfo local, en el bolsillo derecho de su saco llevaba un discurso en homenaje a los campeones brasileños, escrito en portugués. Ya todo un país celebraba aquella victoria inevitable.
El marco para aquel granpartido fue uno de los más importantes que se hayan visto. A pesar de que la capacidad real del flamante Maracaná era de 184.000 personas, asistieron aquel día exactamente 203.849 espectadores, de los cuales solamente unos 100 eran uruguayos. El público había comenzado a ingresar al estadio 8 horas antes del inicio del encuentro. Todos querían asegurarse un lugar en aquel glorioso día.
Ante laespectacular campaña realizada por el local, los dirigentes uruguayos le pidieron a los jugadores que aunque sea traten de perder por poco para evitar el papelón y que con ese pedido ya estaban hechos. Más precisamente les dijeron: “Guante blanco (en señal de juego limpio o nuestro Fair Play), ya estamos cumplidos con haber llegado y poder jugar la final”, a lo que Obdulio Varela concluyó con unaarenga a sus compañeros diciéndoles: ”No piensen en toda esa gente, no miren para arriba, el partido se juega abajo y si ganamos no va a pasar nada... nunca pasó nada”.
El dirigente uruguayo Jacobo, le recomendó especialmente al defensor “cotorra” Míguez que: “Traten de no comerse seis, con cuatro estamos cumplidos”, a lo que su compañero Schubert Gambetta respondió: “Los de afuera son de palo”. Yel mediocampista Obdulio Varela les respondió a los dirigentes: “Hechos un carajo, hechos solamente si ganamos...si entramos vencidos es mejor ni salir al campo de juego. No vamos a perder ese partido, y si lo hacemos no será por cuatro goles”.
El partido
ALINEACIONES.
Uruguay: Máspoli, González, Tejera, Gambetta, Varela, Andrade, Gigghia, Pérez, Míguez, Schiaffino y Morán.
Brasil: Barbosa,Augusto, Danilo, Juvenal, Bauer, Bigode, Friaca, Zizinho, Ademir, Jair y Chico.
Cuando el colegiado inglés Reader da el pitido inicial, el equipo carioca se lanza en tromba sobre la meta de Máspoli, que resiste duramente la primera acometida. El zaguero Matías echa el cierre, Obdulio se convierte en la sombra de Ademir y poco a poco el fútbol plomizo y aparentemente cansino de los uruguayos,lleno de técnica y sentido de la pausa, aquieta el ímpetu brasileño. La multitud ruge incómoda, pues los encuentros anteriores habían sido resueltos por la vía rápida para dejar paso al arte y la exhibición. Hoy, ni Bauer ni Jair se ven capaces de llevar la manija, Zizinho está desaparecido y el equipo da sensación de impotencia. No hay goles cuando los jugadores se retiran... preocupados los...
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