La corriente del r o se precipitaba ahora hacia la costa brasile a
-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo;
-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; Así durante casi un minuto hasta que su compadremalhumorado salió -¡Que quieres! –grito con cierto enojo.
-Compadre ayúdame que no ves como vengo-.
-¡Por mí que te mueras! Des pues de tanto tiempo se te ocurre venir a visitarme yeso solo por que necesitas de mi ayuda.
-Ayúdame compadre sé que tenemos motivos para estar enojados pero estoy muriendo.-
-¡Ya te dije que yo no te ayudare!
Cuando iba deregreso a la canoa escucho la voz de una mujer –Compadre que es lo que pasa está usted bien-
-Mire comadre la verdad no, hace unas horas me pico una víbora y necesito llegar prontoa Tacurú-Pacú el dolor cada vez avanza más rápido y he pedido la inmovilidad de mi cuerpo y es por esto que decidí pasar a ver a mi compadre, para pedirle que me ayude allegar a Tacurú-Pacú, ya que solo no creo llegar.
-¿De que estas hablando?-(Contesto el compadre con gran asombro) por que no dijiste eso antes. María trae inmediatamente aquellashierbas para calmar el dolor al compadre inmediatamente.
-Compadre tenemos que llegar rápidamente a Tacurú-Pac, ¡Venga lo ayudo a subir a la canoa!-
Durante el lapso de casiuna hora, el compadre atendía al hombre con las hierbas que su mujer le había dado, pero ellos estaban tan angustiados y entretenidos que se olvidaron que cerca de ahí había unacascada.
-Compadre grito con gran fuerza el hombre-
-¿Qué pasa?-
-Creo que nos acercamos a una cascada.-
Y esta vez fue la última vez que ellos dos se volvieron a ver.
Fin
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