La costurera

“Recurrir a alguien que conocemos para que nos arregle una prenda es algo personalizado, casi familiar, a diferencia de ir a un negocio donde el calor humano no existe. Por eso la gente sigueeligiendo ir a la modista”, se sincera la experimentada Lidia Pereira Alves (57), profesora de corte y confección.
Ésta es una de las razones por las que el oficio de costureras y tejedoras sigue vigentea pesar del paso del tiempo y la difícil competencia con la industria textil. Hay mujeres que todavía prefieren hacer su propia ropa en lugar de comprarla; en esto, el precio y la calidad son losfactores decisivos.
Por lo general, el conocimiento en estos quehaceres se transmite de una generación a otra, abuelas y madres enseñan a sus hijas las técnicas de la costura. Pero también hayquienes lo eligen como una profesión y se capacitan en el tema.
Al igual que los zapateros, las costureras siguen siendo muy requeridas en los barrios. La costumbre de llevar una prenda a la modista paraque la arregle o la confeccione no ha cambiado tanto. En épocas de crisis suelen tener más trabajo porque no se puede comprar todo nuevo y hay que recurrir a opciones de menor costo.
Lidia Pereiraasegura que la cantidad de personas interesadas en aprender corte y confección sigue creciendo.
“En nuestros cursos tenemos niñas de 11 años y señoras de 80. Algunas buscan una salida laboral, otraslo hacen como terapia o hobby. A todas las mujeres nos gusta estar a la moda, se puede vestir bien sin gastar tanto; además, la calidad de las cosas hechas a mano siempre es mayor”, comenta mientrashace memoria de los 40 años que lleva dedicados a la costura.
Las prendas hechas de forma casera cuestan menos de la mitad que las compradas. Otra ventaja es que se hacen a medida, con las telas ydiseños que elija el cliente.
Las mujeres que se encargan de dictar capacitaciones aseguran que la demanda de modistas existe y que lo que a veces falta son los espacios para profesionalizarse....