La cotidianidad en la revista en tono menor
RECUENTO Y BALANCE
Solíamos reunirnos en la vieja casona colonial donde tuvo sus oficinas el periódico conservador “El Fígaro”, convertido en ruinas el día que le prendieron fuego los liberales de 1948. De una reunión de esas nació “En Tono Menor” sin que estuvieran presentes los afamados escritores de los suplementos literarios capitalinos ni hubiera, como manda la tradición, unaparranda sin términos. La idea recibió de los intelectuales cartageneros una sonrisa de paternal escepticismo, sobre todo, porque Jorge, Pantaleón, Manuel y Pedro, que constituían ya, el alma misma de la futura revista, no habían cumplido aun los veinte años.
Hacer una revista en una ciudad de provincia tiene algo de quijotada que no se aviene del todo con aquellos que se sienten, por unaespecie de generosidad sin limites hacia ellos mismos, en la condición de creadores de macondos. Tiene de si tantas cosas desagradables y ajenas al oficio de escribir, que es probable que solo espíritus muy nuevos – la edad no importa- cargados de entereza y de la certidumbre de que la literatura ayuda a ser más buenos a los hombres, pueden aprender semejante tarea y mantenerla en pie. No es fácilseguirle el trote a la literatura mundial en una ciudad cuyas bibliotecas no tienen un solo ejemplar del “Otoño del Patriarca”, convertirse en un excelente vendedor de publicidad y de rifas, en voceador de prensa sin perjuicios, y, además adquirir una disciplina sin estruendo en el trabajo de escribir bien.
Durante dos años seguidos parimos-ese es el termino exacto- seis ejemplares de “En TonoMenor”. Fuimos mejorando la calidad hasta lograr una linda y sencilla impresión en off-set y mantuvimos una misma línea de conducta: escribir cada vez mejor sobre las cosas comunes y corrientes.
El último número es un solo tema: el deporte. Y una sola idea: más que la crónica frívola y sin
matices de la prensa deportiva, nos interesaba lo que tienen de profundamente humano. De vida, de trágicavida vivida a los puñetazos por esos héroes del pueblo que, después de una carrera de deslumbrantes triunfos suelen morir a la suerte de Dios, ignorados y muchos de ellos envilecidos por toda una historia individual que no ha dejado de ser toda ella una gran tragedia, aun en los instantes de mayor gloria.
Pudiera creerse que somos unos empedernidos artesanos enclavados en procedimientos nadamodernos. Pero no se trata de eso. Es que no hay otra forma de hacer una revista literaria y conservar al mismo tiempo la única verdad por la cual la hacemos: las ganas de hablar de lo que nos venga la gana sin el temor a pensar que hay alguien que nos esta pidiendo el silencio.
En este lugar, la conciencia de los escritores se volvió asunto de mercaderías. En medio de la corrupción absoluta ydel clima de terror abierto que enfrentamos es costumbre exigir y comprar de muchas formas el silencio. La labor de los escritores y artistas empieza a tener de marco una especie de carnaval grotesco e infame donde el cinismo y la servidumbre se cotizan a buen precio. Aquí y allá. A todo lo largo y ancho del país el espectáculo es cada vez más deprimente y la consigna del día es “Sálvese quienpueda”.
“En Tono Menor” no sale hace más de un año. Sin embargo, no hubo un solo momento de estos largos días en que pensáramos que se había acabado. Le debe más, en buena parte, lo que hemos aprendido de la literatura y de la vida en este tiempo, incluido este último año, en que no ha dejado de existir para nosotros a pesar de que no hemos tenido un solo peso ni la tranquilidad suficiente parasacarla. Y sea dicho: no nos importa la periodicidad: saldrá siempre que tengamos algo nuevo que mostrar. Nunca será más de lo que nosotros somos, pero tampoco menos.
Aspiramos a restablecer la continuidad de “En Tono Menor” seguros de que si hace tres años le concedimos el encargo de formarnos como hombres útiles hoy sabemos algo más del oficio de escribir y lo que somos. “En Tono Menor” irá...
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