La crianza de los niños

La crianza de los niños
Si hay algo que me cautiva es ver cómo se desarrollan los jóvenes, pues son rectos, auténticos, y dueños de un futuro lleno de promesas. Con toda la vida por delante, son ellos quienes heredarán el porvenir. Por esa razón, los tomo muy en serio. Y, en beneficio de la humanidad en el siglo XXI, deseo ayudar a los niños a expandir su reino interior tanto como sea posible.Creo que "los tesoros del corazón" son el obsequio más grandioso que un padre y una madre pueden ofrecer a sus hijos. Algunos adultos tal vez quieran garantizar la felicidad de sus vástagos brindándoles toda clase de bienes materiales. Sin embargo, de nada sirve la abundancia, si por ejemplo los niños no gozan de buena salud y fortaleza física, pues eso puede presentar obstáculos para vivir unaexistencia dichosa. Estoy convencido de que son los "tesoros del corazón", es decir, la fortaleza espiritual, la personalidad y el humanismo, los que a la larga conducirán a un pequeño a la verdadera felicidad.
Considero que la crianza consiste en el proceso de guiar a los hijos para que estos desarrollen la fortaleza de ponerse de pie y de echar a andar por sí mismos. Cada vez que estoy cerca deun pequeño, le ofrezco a este mis respetos, pues es para mí un ser humano independiente. Un niño es alguien con personalidad propia, por lo que la relación que une a padres e hijos es, en definitiva, un vínculo entre dos individuos.
Algunos niños son considerados y capaces de pensamientos profundos. Otros parecen estar siempre dispuestos a iniciar una riña con los demás. Está el que no puederesistir la tentación de llenar de garabatos cuanta superficie tiene por delante, y el que se la pasa yendo a la cocina para atrapar algún bocadillo. Son miles y miles las diferentes personalidades y rasgos de carácter, y cada niño tiene sus propios intereses. Los padres podrían tratar de prever la dirección hacia la que se van a encaminar sus hijos, según la individualidad de cada uno, y hacer loposible para brindarles el ámbito apropiado para su desarrollo.
Los niños son sensibles, y siempre siento que es una desconsideración hacer comparaciones entre ellos. El budismo enseña que, así como el cerezo es un cerezo, y lo mismo sucede con el ciruelo, cada individuo tiene una personalidad absolutamente única. Los pequeños necesitan crecer a su propio ritmo y del modo que sea más acorde con sumanera de ser.
Lo que más estimula el crecimiento de los niños es la seguridad de que sus progenitores los comprenden y confían en ellos. Hay un relato sobre el gran escritor francés Víctor Hugo (1802-1885) que puede servir de ejemplo. El vecino que vivía al lado de la familia Hugo tenía un enorme manzano en su terreno y decidió construir una valla alrededor del árbol para que los chicos nopudieran tomar las manzanas. La madre de Víctor le dijo al hombre: "No se moleste en construir ese cerco, si lo que busca es mantener a mi hijo lejos del árbol". Por si acaso, el vecino siguió vigilando, pero el niño jamás se acercó al manzano. Me conmueve cuán profundamente conocía la madre de Hugo el carácter de su hijo.
Para que un niño desarrolle una personalidad independiente, es necesario a vecesdisciplinarlo y, a veces, dejar que actúe según su propio criterio. En mi opinión, es preferible ser más estricto con los niños de edad temprana, y a medida que estos crecen, permitirles gradualmente que decidan por sí mismos cómo comportarse. En el Japón, lamentablemente, a menudo sucede todo lo contrario. Cuando son pequeños, se consiente a los niños; después, cuando estos crecen, y ya esdemasiado tarde, los padres, de un día para el otro, pretenden a toda costa comenzar a controlarlos. Un niño jamás desarrollará una verdadera confianza en sí mismo de esa manera.
Yo no creo que los niños sean débiles y frágiles por sí. Pienso que hasta los niños recién nacidos poseen un vasto potencial sin explotar. Sé, por ejemplo, que los bebés recién nacidos, aunque no se les haya enseñado a...