La Crisis De Fin De Siglo

LA CRISIS DE FIN DE SIGLO
Como consecuencia de un profundo cambio que se produce a finales del siglo xix en las más diversas manifestaciones de la vida y del arle, se derrumban muchos de los principios y certidumbres en los que el hombre había encontrado hasta entonces un refugio salvador. Para un crítico, Federico de Onís, se trata de una “Crisis universal de las letras y del espíritu,que inicia hacia 1885 la disolución del siglo xix y que se había de manifestar en el arte, la ciencia, la religión, la política y gradualmente en los demás aspectos de la vida entera, con todos los caracteres, por lo tanto, de un hondo cambio histórico”.
Esta crisis, que tuvo como más inmediato origen una acentuada desconfianza en la razón y en el positivismo, puso fin a la fe que desdeParménides de Elea y, sobre todo, desde Francis Bacon había mantenido el hombre en que la inteligencia humana, valiéndose de sus propias luces, alcanzaría una verdad total y unificadora que permitiera la racionalización definitiva de la relaciones del mundo y del hombre. La consecuencia inmediata fue la valoración de las fuerzas oscuras e irracionales de la vida, de lo inconcreto, vago e incoherente, yla revitalización de lo sentimental, íntimo y emotivo (de nuevo, como en el Romanticismo, el corazón vuelve a exhibir unas razones que la razón no comprende). La intuición y los más variados símbolos serán los recursos idóneos para expresar los misterios implícitos en estas nuevas experiencias vitales.
La misma desconfianza se observa ante los más sólidos y asentados principios literarios,sociales y políticos. El progreso, la técnica, la industrialización, la ciencia, que durante siglos habían mantenido la ilusión de tos hombres, son mirados ahora con prevención, por las servidumbres que han exigido a cambio. Ante todo, se advierte cómo la deshumanización progresiva de la vida y el desarrollo del más grosero materialismo han sustituido a los ideales más elevados y han taponadotodos los resquicios en los que podía encontrar acomodo el arte.
Este pesimismo intelectual contó con el respaldo de conocidos filósofos, entre los que destacan Kierkegaard, Schopenhauer y Nietzsche. A la inseguridad, a las angustias existenciales y a las dosis de relativismo, por las que se caracterizará una parte considerable de la literatura y del arte del siglo xx, contribuirán también deforma decisiva otros pensadores. Brunetiére proclama en 1896 el fracaso de la ciencia. Max Planck quebranta en 1900 el primer principio de la Física, al formular la hipótesis de la discontinuidad de la energía. Cinco años después. Einstein pone las bases de la teoría de la relatividad. Por último, Freud dará un golpe definitivo al orgullo de! hombre, al descubrirle en su interior unas tuerzasoscuras que no puede explicarse ni controlar (Texto I).
El malestar y la protesta ante un mundo de ideas caducas, de creciente mercantilismo, de ramplonería y vulgaridad, se van a traducir a finales del siglo xix en múltiples formas.
Guiados por un intenso espiritualismo, los nuevos escritores llevan a cabo una cerrada defensa de los más altos ideales artísticos. De ahí el frecuentedesprecio de la realidad circundante y la evasión hacia mundos de perfección, armonía y belleza o hacia lugares pretéritos en los que pensaban que podrían haberse materializado sus aspiraciones. Alguna que otra vez se recurre a todo aquello (drogas, alcohol) que pueda transportar a unos -paraísos artificiales", a los que ya se había referido Baudelaire, y que favorezca una percepción más honda y ricadel universo.
La reiterada tendencia a la evasión de/a paso en algunos de estos autores a actitudes críticas y comprometidas. Frente a los males que describen y ante el utilitarismo y materialismo reinantes proponen soluciones diversas y, algunas veces, abogan por una vuelta a la naturaleza y a formas de vida pre capitalista.
El desprecio de una moral convencional e hipócrita los...