La crisis del 29
De acuerdo con datos divulgados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), durante el sexenio de Felipe Calderón la economía nacional se expandió a unpromedio anual de 1.9 por ciento, un “limitado crecimiento (que) se reflejó en precarias oportunidades de empleo formal”, agravó la informalidad e implicó “bajos ingresos, reducida productividad ycarencia de seguridad social y servicios de salud” para la mayor parte de la población.
Aparte del desastre en materia de seguridad pública, impunidad y distorsión de la justicia, el económico es elprincipal saldo trágico dejado por una administración que tenía como lema “Vivir mejor” y que se jactaba de una cobertura universal de salud que sólo existió en los productos de la propaganda presidencial.Es pertinente apuntar que uno y otro ámbitos están estrechamente relacionados: no puede haber un estado de derecho sólido ni paz pública en un entorno nacional de gravísimo desempleo y no puedeignorarse que la delincuencia organizada es, a fin de cuentas, mayoritariamente la expresión más extrema y descompuesta de la informalidad económica. De esta manera es posible confirmar la veracidad y lajusteza de los señalamientos formulados por múltiples voces desde diversos sectores desde los primeros días de la admnistración calderonista en el sentido de que una política de seguridad pública ycombate a la delincuencia que no tomara en cuenta la reorientación económica para beneficio de la población estaría de antemano condenada al fracaso.
En el ámbito estrictamente económico, también seadvirtió con insistencia al político michoacano que la fórmula de concentrar la riqueza sin distribuirla y beneficiar a los sectores especulativos en detrimento de los productivos no resultaríasuficiente para detonar las tasas de crecimiento que el país necesitaba –y que sigue necesitando– para revertir, así fuera parcialmente, la catástrofe social causada por el modelo neoliberal implantado en...
Regístrate para leer el documento completo.