la crisis energetica de la costa

POR: Blas Zubiría Mutis *

La crisis energética de la Costa:
Una bomba de tiempo

En el departamento del Atlántico se suspendió el servicio a 11 barrios subnormales de los municipios de
Soledad, Puerto Colombia y Barranquilla los cuales a pesar de haber suscrito convenios de pago no habían
cancelado. Por esta razón las empresas de energía de la costa anunciaron la suspensión masiva deenergía a
barrios morosos.
No tenemos con qué pagar”. ¿Somos realmente conscientes de la dolorosa realidad que se oculta
detrás de estas palabras y de la tragedia que día a día se va incubando en nuestro precario tejido
social? Sinceramente no. En todos y en cada uno de los estamentos que conforman nuestra
escindida sociedad se escuchan cada vez más estas mismas palabras aunque las razones paradecirlas
sean de distinta índole. La dicen ganaderos, terratenientes, industriales o comerciantes agobiados
por el boleteo y el secuestro de los grupos guerrilleros y paramilitares que en su dinámica de
violencia financian su guerra y su forma de vida apropiándose de la riqueza ajena.
La repiten cada vez más sectores de la clase media —profesionales acomodados, propietarios de
bienes, negocioso pequeñas industrias— que arriesgan parte de su patrimonio para mantener su
independencia o alcanzar mejores niveles de vida: ahí están los morosos del sistema Upac, los
morosos de las cargas parafiscales, los morosos de las tarjetas de crédito, los morosos de
lasuniversidades privadas —sectores cada vezmás amplios de la sociedad que restringen su consumo
de bienes y servicios en una variadaescala de acuerdo al estrato socioeconómico. Algunos tuvieron
que sacar las cesantías para el semestre en la Universidad del hijo mayor; otros debieron sacar al
hijo mayor de la Universidad porque ya ni cesantías tenían para pagar el semestre.
Y “no tenemos con qué pagar” se dice en amplios sectores populares que irremediablemente parecen
condenados a la pobreza. Porque aumentan los pobrescomo quiera que se les mire o como quiera
que se les mida. Por debajo de la línea de pobreza o llenos de necesidades básicas insatisfechas.
Aumentan los desesperanzados y los desesperados que dicen y repiten: “no tenemos con qué
pagar”... la comida, la educación, el tratamiento médico, el arriendo, los servicios públicos, etc.,
etc., etc.
En la primera semana de julio moradores de losmunicipios de Santo Tomás, Palmar de Varela,
Sabanagrande, Soledad y barrios aledaños de Barranquilla salieron a gritarle a la empresa
Electricaribe “no tenemos con qué pagar”. Esta vez no lo hicieron en las largas colas que se forman
en los puestos de recaudos donde se acercan los deudores morosos a refinanciar de manera
individual sus deudas luego de larguísimas esperas, ni en los foros o debates encompañía de los
alcaldes, personeros, defensores del pueblo y gerentes o funcionarios de las empresas “para buscar
salidas conjuntas y lograr acuerdos”. Lo hicieron como en la década de los 70, atravesando llantas y
palos que luego incendiaron, amontonando a la gente y levantando barricadas.
En Santo Tomás las protestas dejaron totalmente destruidas y saqueadas las oficinas de
Electricaribe.En Sabanagrande sus habitantes bloquearon la carretera oriental ante la decisión de
la empresa de suspenderle el servicio de energía al acueducto Asosasa.
Protestas hubo también en Valledupar y Cartagena, y para demostrar que el malestar no es sólo en
la costa sino un verdadero problema nacional, en Audiencias Públicas realizadas sobre el tema de
los servicios públicos y organizadas por laContraloría Nacional en 32 ciudades del país, el clamor
fue el mismo: “No tenemos con qué pagar”.
Deben pagarnos
Sabemos que esta es una frase dialéctica: cuando alguien plantea “no tenemos con qué pagar” es

porque alguien está exigiendo: “deben pagarnos”. Bien sea por medio del acuerdo 002 o la carta
membreteada de las autodefensas; bien sea por medio de los doberman de la DIAN, la carta...