La Crisis Internacional Y Argentina
La columna económica semanal de Pablo Tonelli.
Por Pablo Tonelli, economista.
El Cefid-Ar, centro de estudios de matriz económica heterodoxa, convocó por estos días a un grupo de economistas de Argentina y Brasil para reflexionar sobre los impactos de la crisis internacional en nuestro continente. Voy a utilizaralgunas de las líneas argumentales desarrolladas allí para reflexionar sobre los canales de trasmisión de la crisis, las políticas sugeridas para contrarrestarla y el escenario que nos espera.
Los habituales canales de trasmisión de los conflictos externos son dos: El financiero y el comercial. El primero no tiene relevancia en la Argentina actual que ha seguido una política de acumulación dereservas y desendeudamiento, con una baja incidencia de su deuda externa en el PBI y con tenencia de bonos en poder del Estado como consecuencia de la nacionalización de las AFJP, cartera de títulos en manos del ANSES, lo que minimiza aún más dicho impacto. Como ejemplo de esto digamos que en 2013 los compromisos por renta y amortización de títulos de la deuda externa en manos de particulares nollegan al 1 % del PBI, hecho realmente inédito para nuestra economía.
El canal comercial tiene dos aspectos bien diferenciados, uno tiene que ver con sectores sensibles en el empleo y fuerte presencia global, como, por ejemplo, textiles, indumentaria y calzado, en que nuestro país decidió en conjunto con Brasil elevar el arancel externo común al 35 %, cifra máxima admitida por la OMC, OrganizaciónMundial de Comercio para protegerse de la sobre-oferta internacional a bajo costo de estos productos. El segundo canal es el comercio con Brasil, particularmente del sector automotriz, en que la producción nacional es particularmente sensible a la situación interna de nuestros vecinos y en donde las exportaciones de automóviles argentinas a nuestro socio del Mercosur vienen cayendo a una tasaanual del 15 %.
Eduardo Crespo, economista argentino, docente de la Universidad Federal de Río de Janeiro, describió los dilemas y discusiones de la política económica en Brasil luego del espectacular resultado en términos de crecimiento del año 2010 y principios de 2011, conseguidos a través de una política de debilitamiento del tipo de cambio, fuertes inversiones extranjeras, tanto financieras,como de inversión externa directa, con preeminencia de las primeras. A esto se sumó una política ortodoxa del Banco Central, que como sostienen los organismos financieros internacional, debe seguir metas de inflación en la creación y emisión de dinero. Al aparecer problemas en el aparato productivo brasileño, cuya competitividad internacional se veía deteriorada por el tipo de cambio bajo se fuevirando de una política de “ancla cambiaria” que sujetara los precios internos a una mayor devaluación, pero con un “ancla fiscal”, es decir con una fuerte restricción del gasto público. No fueron neoliberales ortodoxos los que sustentaron este giro sino los economistas heterodoxos, cuya sede central de pensamiento es la Universidad de Campiñas, para los cuales existía un “trilema” (dilema con tresposiciones), a saber la imposibilidad en su esquema teórico de sostener altas tasas de crecimiento, distribuir progresivamente el ingreso y a su vez mantener saludables las cuentas externas (tanto comercial como de cuenta corriente de la Balanza de Pagos, que incluye todas las transacciones internacionales de la economía).Una de las posiciones, al menos, debería sacrificarse. Los resultadosalarmaron. Esto debería servir como ejemplo a un sector de la heterodoxia local que avala estos principios y vive enseñándonos que la prudencia y consistencia brasileña es el camino a seguir.
El susto provino de los resultados de la economía brasileña en el primer semestre del año 2012 en que la Presidenta (Dilma, en este caso) decidió abandonar el ancla fiscal luego de haber abandonado el ancla...
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