La Crisis Masculina
La sociedad actual marca un ritmo de consumo excesivo, nuestra idea de felicidad: adquirir más cosas. Credito por un bien que podríamos comprar mañana, nosdesligamos del presente.
Adquirimos cosas inútiles o que podrían esperar. No recapacitamos en que su costo es mucho más alto y que ponemos en peligro nuestra seguridad económicapagando intereses. Estos intereses aumentan los problemas laborales porque uno necesita más dinero, más trabajo y responzabilidades agregadas.
Una persona común debe emplear un mínimode tiempo para estar al día de los acontecimientos de moda. Ese tiempo mínimo va en aumento. Pasar cuatro o cinco horas viendo la televisión o en internet no es para nada exageradoen estos tiempos. Ese tiempo no lo aplicamos al trabajo, a nuestra pareja y mucho menos a nosostros mismos.
Mi caso es muy simple, mis prioridades aparte de la renta, luz,teléfono, comida y transporte son: divertirme, comer fuera, discos, películas, fiestas, viajes. Mis ahorros son mínimos, los gasto también en diversión cada vez que se presenta laoportunidad. Si hoy tuviera un accidente o se presentara alguna situación que me impidiera trabajar. No tendría la manera de salir adelante. Me hundiría junto con mi pareja.
El ambitosocial nos limita a un modelo bien establecido, vamos de prisa con una sensación de no poder alcanzar un algo que nos llama como un imán.
Cuando ya no podemos correr más caemos.Entramos en crisis.
BIBLIOGRAFIA:
BADINTER Elizabeth, XY de l'identité masculine, Ed Odile Jacob, 1992, p. 320
KEEN Sam, Etre un homme, Ed J'ai lu, 1995, p 376. Títulooriginal: Fire in the belly, on being a man, Bantam books
CORNEAU Guy, Père Manquant fils manqué, Ed de l'homme, p 183.
LELEU Gérard, La fidélité et le couple, Flammarion, 1999, p. 223
Regístrate para leer el documento completo.