la crisisde laiglesia
I.- Iglesia Católica y mundo contemporáneo
Introducción aclaratoria y esencial
Quiero empezar aclarando que esta exposición se hace en mi doble calidad de politógo y creyente. Y ambas identidades convergen, pero también divergen. Pues, la razón del cientista social moderno me puede traicionar, pues no todo lo racional es razonable, nitodo lo razonable es amable. Cuando razonamos racionalmente nos preocupamos de la lógica formal de nuestros argumentos. Ellos han de ser claros, precisos y concordantes. La razón calcula y busca la armonía entre medios y fines, costos y beneficios. Pero hay razonamientos que no son razonables, pues son éticamente reprochables. Quizás sea racional matar a tres personas para que se salven seis, peroeso no es razonable.
También hay veces que lo razonable no es amable, porque no es digno de amor por parte de nuestro corazón. Porque hay razones del corazón que la razón no entiende. Hay veces que hay que saber escuchar al corazón y dejar que gobierne nuestras emociones y decisiones. El escritor peruano José María Argüedas lo expresaba: “Lo que sabemos es mucho menos que la gran esperanza quesentimos”. Por que para comprender el misterio de este mundo necesitamos creer antes que saber. Pero entender lo anterior supone salirse de los cerrados y estrechos muros de la racionalidad instrumental, esa que calcula y calcula.
El papa León el Grande dijo una vez que, para comprender un poco a esta iglesia, había que deshacerse antes de la “oscuridad de los pensamientos terrenales y delhumo de la sabiduría mundana”.
Vivimos en una sociedad moderna occidental que nace con el desencantamiento del mundo. Esta sociedad ha condenado como superstición todos aquellos símbolos, mitos, relatos y signos que sobrevivieron al reinado de la diosa razón, proclamada por el Renacimiento y vencedora con la Revolución Francesa. Lo sagrado y lo santo, lo divino, lo luminoso y lo celeste debencallar. ¿Por qué? Porque creímos que la luz de la razón calculadora superaría esa otra luz sobrenatural de la gracia y de la salvación eternas. La religión surgía así condenada de múltiples maneras. Opio del pueblo y corazón de un mundo sin corazón. Proyección de nuestro inconsciente que reclama padres que nos gobiernen. Simple voluntad de poder de la clase sacerdotal para manipular a las turbasignorantes. El templo, lugar de lo sagrado, será reemplazado por la fábrica y el laboratorio. La catedral del domingo de nuestra infancia será reemplazada por el mall de nuestra madurez. La fiesta religiosa, tiempo de lo divino y de lo santo, será reemplazado por las vacaciones seculares, profanas y mundanas. ¿No es eso lo que hacemos, en Semana Santa?
Todo ello fue rasgado por ese ancianoaquejado del Mal de Parkinson que fue Juan Pablo II, los últimos años de su pontificado. Debo reconocer que muchas veces no entendí a ese anciano que ya no se tenía en pie y que quería seguir viajando. No comprendí el símbolo, es decir, el signo lanzado al cielo, de ver a un hombre convertido en una verdadera plegaria viviente buscando a su Señor. No entendí la decisión de seguir gobernando, cuando loque racionalmente había que hacer era dimitir. “Felices los que sin ver han creído”. Yo viendo, no quise creer porque mi saber me decía “no” cuando el corazón afirmaba el “si”.
Los niños y los ancianos fueron los primeros en comprender el último mensaje del Papa peregrino. No es raro. Son ellos los que están más cerca de los límites de este mundo terrenal y natural. Los niños vienen reciénllegando de ese otro mundo del que nada sabremos si nos seguimos lanzando confiados a los brazos de la calculadora razón. Los ancianos se acercan al final de ese mundo que los vio llegar al nacer y los despedirá al morir. Ellos comprendieron porque creyeron y creyeron porque amaron primero. No se dejaron engañar, como yo, por la razón endiosada de la modernidad que debiera callar ante lo sagrado y el...
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