La cucaracha

“La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque le falta, porque no tiene, una pata para andar”
Quizás usted haya escuchado este verso que forma parte de una famosa y antigua canción. Sinembargo, aunque siempre se ha tomado como una canción cómica, la verdad es que encierra un enigma que muy pocos se han atrevido a enfrentar.

Unas semanas atrás, escuchándola, me pregunté ¿Quémotivo tendría realmente el autor para escribirla? ¿Realmente pensaba que la cucaracha no podía caminar por falta de una de sus extremidades? Debo reconocer que estos cuestionamientos me impactaronprofundamente y, pensando que sería de mucho provecho para mis lectores conocer la respuesta a estas interrogantes, me di a la tarea de llevar a cabo un estudio minucioso sobre el particular.Primeramente, decidí informarme sobre todo lo concerniente al sujeto en cuestión, es decir, la cucaracha, y aunque obtuve datos por demás interesante, me pareció que consignarlos en este documento podríandesviar la atención del lector del tema fundamental: ¿Puede o no una cucaracha andar con una pata menos? Lógicamente se requería de un trabajo de campo, así que, aprovechando que algunos miembros deesta insigne especie acostumbran pasearse por la noche sobre los muebles de mi cocina (he sorprendido algunos haciendo inspección sobre mis víveres también), pasé algunas noches en vela esperando laoportunidad de vérmelas con algún espécimen que cumpliera el requisito de carecer de una pata. Fue una larga espera que solamente una mente inquisitiva como la mía pudo soportar, llegué incluso asopesar la idea de tomar una cucaracha cualquiera y arrancarle una pata para apresurar la investigación, sin embargo, el trauma que aquello podía suponer para el insecto me hizo desistir de mi propósito y,apelando a mi científica paciencia, seguí esperando. Por fin, al cabo de diez noches de agotadora vigilia, la vi. Justo sobre un sándwich de jamón que había preparado y que por mis continuas...