La Cuesti N De La Muerte Es Una De Las Grandes V As De Entrada Al Tema Del Hombre

La cuestión de la muerte es una de las grandes vías de entrada al tema del hombre. si nos atrevemos a pensarla, se ponen en claro las grandes dimensiones del ser humano. El saber que vas a morir eslo que hace que tu vida sea única e irrepetible Por un lado la conciencia de la muerte nos hace madurar ya que crecemos cuando la idea de la muerte crece dentro de nosotros. Por otro lado laincertidumbre de la muerte nos humaniza ya que nos convierte en verdaderos humanos, mortales  desde el primer momento que empezamos a vivir estamos preparados para morir. Por muy sanos que estemos no es raromorir y no es algo raro. Montaigné lo señaló muy bien: ”No morimos porque estemos enfermos sino porque estamos vivos”.El que sufre ve a la muerte como una liberación, y no quiere volver jamás a repetirlo mismo; se desea repetir lo mismo si se trata de volver a repetir los momentos buenos, plenos, felices; si el "repetir" es entendido como recuperar lo perdido gratificante de la vida, abundante,generoso -como Kierkegaard relata en el caso de su “pensador privado” Job-, estamos hablando de otra cosa (Ver Kierkegaard, 1976). Como lo que nos espera es incierto -no lo maneja la persona, aunqueésta puede tener la ilusión de que así lo hace, y puede actuar toda su vida como si las cosas que pasaran fueran consecuencias de sus actos, aunque en parte o en cierta medida puedan serlo-, estoconstituye una cierta liberación. Nos puede esperar la buena o mala fortuna, pero no lo mismo. El devenir, el que todo pase, el  que seamos seres finitos. Heidegger deja claro desde el primer momento quenadie “muere en cabeza ajena”, si se nos permite desviar de esta manera el famoso dicho según el cual cada quien ha de hacer sus propias experiencias, sin poder realmente aprender a partir de las de losdemás. Eso es tanto más cierto tratándose de la muerte. Por más que intentemos imaginar, al conocer de la muerte de otro, o tener experiencia directa de ella, lo que será la propia muerte, o cómo...