la cultura

La Cultura como Praxis.

Zygmunt Bauman





















INTRODUCCIÒN
En la segunda mitad del siglo XVIII se acuñó la idea de cultura para separar los logros humanos de los duros y rápidos hechos de la naturaleza. La cultura significaba lo que los humanos podían hacer, mientras que la naturaleza designaba lo que los humanos debían obedecer. Sinembargo, durante el siglo siguiente la tendencia general del pensamiento social fue naturalizar la cultura, lo que culminaría con el concepto de hecho social de Émile Durkheím.
En la segunda parte del siglo XX esta tendencia se empezó a invertir: había llegado el tiempo de la culturalización de la naturaleza.
Después de una época dominada por la búsqueda de bases sólidas del orden humano,llegó un tiempo en el que una serie de cuestiones humanas hizo casi invisible la naturaleza. Los fundamentos de la existencia humana construidos por el hombre se hicieron tan profundos que convirtieron en redundante la preocupación por otro tipo de fundamentos. La cultura ya no tenía que ocultar su propia fragilidad humana ni excusarse por la contingencia de sus elecciones. La naturalización de lacultura formaba parte de moderno desencantamiento del mundo. Su deconstrucción, que siguió a la culturalización de la naturaleza, resultó posible a raíz del reencantamiento posmoderno del mundo.

Se desarrollaba la idea de humanidad de los seres humanos, ampliando la sensibilidad y la necesidad creativa a las facultades racionales. Por lo tanto, surgió una concepción del hombre que iba a serel centro alrededor del mundo. Era una visión nueva, el producto colectivo de una nueva filosofía, una filosofía que contemplaba el mundo como una creación esencialmente humana y un campo de pruebas para las facultades humanas. Por ende, el mundo se debía entender en primer término, como el escenario de las metas, elecciones, triunfos de los seres humanos.
Con los distintos cambios surgidos,el mundo cada vez se parecía menos a Dios, es decir, cada vez era menos eterno, menos impermeable y menos intratable. En vez de esto, asumía una forma más humana, convirtiéndose, a imagen del hombre.

Se intentaba reemplazar a Dios con el hombre, poner al hombre en el centro del universo. El objetivo era hallar un orden humano en la tierra, un orden en el que prevaleciera la libertad y lafelicidad, sin apoyos trascendentales ni sobrenaturales, un orden enteramente humano.
La tarea de sustituir el orden divino o natural de las cosas por otro artificial, construido por el hombre sobre una base legislativa y la preocupación de los filósofos por reemplazar la revelación con la verdad racional. Estas dos razones esencialmente modernas y estrechamente entrelazadas convergían con unatercera: la pragmática de la construcción del orden, que implicaba una tecnología del control conductual y de la educación, una técnica del modelado de la mente y de la voluntad. Estos tres nuevos intereses iban a mezclar en la idea de cultura.
Por otro lado, se destaca la libertad como una relación social: para que algunos sean libres de alcanzar sus objetivos, aquellos que puedan resistirsea ellos deben perder su libertad.

La idea de cultura que pasó a ser de uso corriente hacia el final del siglo XVIII reflejaba esta actitud ambivalente. En un mismo modelo de cultura universalmente humano, se mezclaban dos argumentos humanos distintos, con lo que, desde el comienzo, el concepto de cultura encerraba una paradoja. El concepto se acuñó para distinguir y poner en primer plano unárea creciente de la condición humana que se juzgaba, infradeterminada, es decir, que no se creía poder determinar sin la mediación de las elecciones humanas, un área que, por esa misma razón, abría un espacio para la libertad y la autoafirmación. Pero se quería que el concepto designara los mecanismos que permitían limitar el alcance del uso de la propia libertad, restringir las elecciones...