La cámara o al aldea algo se mueve

¿La cámara o la aldea? Algo se mueve: Los talleres de cine-video en la aldea de
Dourados, Brasil.
Alejandro Ferrari

1. Introdución
Confieso que durante un buen tiempo no consideré la invitación que me hacían a colaborar en el
trabajo con jóvenes indígenas de Dourados. La Reserva “Francisco Horta Barbosa” se encuentra en el
municipio de Dourados, en la planicie del Mato Grosso do Sul,Brasil; posee una población de entre
12000 y 15000 indígenas de las etnias terena y guaraní (kaiowá y ñandeva), los cuales viven en dos
aldeas unidas entre sí, la Jaguapirú y Bororó. La “aldea”, como normalmente es llamada, es conocida
por ser la segunda mayor reserva urbana del Brasil, con sólo 3600 hectáreas y por varios factores
negativos tales como: desnutrición infantil, una fuerte violenciay numerosos casos de suicidio
juvenil1.
Allí funciona una ONG llamada GAPK2, coordinada por la antropóloga Lourdes Beldi de
Alcântara, que ofrece talleres y diversas actividades relacionadas al fenómeno de la comunicación para
jóvenes indígenas agrupados en una organización llamada AJI (Ação de Jovens Indígenas). A partir de
estos talleres y formación permanente, los jóvenes indígenasdesarrollan diversos medios de
comunicaron alternativa: como el Jornal Ajindo, un blog3, un fotolog4 y recientemente una página
Web, libros de fotografía5 y videos6.
¿Qué tenía que ver yo – un cineasta uruguayo – con esta situación completamente desconocida
y lejana? Coincidió esta invitación con otra: la de participar en un proyecto en Uruguay de realización
de un documental sobre la presenciahistórica de los guarani-misioneros7. Finalmente acepté. Tanta
coincidencia – para alguien que proviene de un país que dice que no tiene indios – quería decir algo.
En el presente artículo presento una experiencia de dos años en la aldea de Dourados (Brasil)
y que consiste en la realización de talleres y producción de videos. Tras un relato de cómo ha sido el
proceso realizo un análisis de losprincipales aspectos positivos y negativos que han configurado la
experiencia para concluir con algunos elementos que tras un largo proceso pueden ser aprovechados
en diversas experiencias similares. En la presentación de la experiencia, adopto una forma más
narrativa y en primera persona, por considerarla más adecuada.

2. Crónica de un descubrimiento
Al comienzo no tenía la menor idea de dondequedaba Dourados en el mapa, ni de la existencia de
producción de video por indígenas ni de talleres similares8. Mi trabajo previo había incursionado en
diversas áreas de la producción audiovisual, fundamentalmente en videoclips y comerciales y en los
últimos años abocado al cine documental, ya sea como director, editor o productor ejecutivo.
Sin duda que una vocación por el género documentalimplica y reclama una atención y una
búsqueda de los otros muy particular. Los documentalistas, en efecto, estamos siempre alertas,

buscando aquellos elementos de nuestra realidad que nos permiten contar cómo y quiénes somos, de
dónde venimos y adónde vamos.

Y esa inquietud, pienso hoy en perspectiva, fue un elemento

importante para mi opción. Lo segundo, sin dudas, fue una suerte de“curiosidad” etnográfica, por la
oportunidad de conocer otra cultura, otras cosmovisiones, otros rostros.
Llegar no fue fácil. A la niebla del aeropuerto de Carrasco, en Uruguay, se sumó la de
Cumbica9. Tras casi dos días, entre viajes y esperas, llegué a Dourados. Aquella noche se presentaba
el primer libro de fotografías que los jóvenes que conocería habían realizado. La recuerdo como unanoche mágica, que hizo que me olvidara por completo del cansancio acumulado. Mis ojos aun están
viendo aquel numeroso grupo venido de la aldea al corazón de la ciudad, disfrutando de aquel paseo,
llamando la atención de curiosos, con mucho bullicio y alegría, y sobre todo con una gran
hospitalidad. Y en el medio unos jóvenes fotógrafos indígenas que autografiaban “su” libro.
Cuando me di...