el comienzo del film, vemos a una delicada anciana inglesa, encerrada todo el día en su casa de Londres, tomando té, salvo por una salida (sin permiso) a un almacén a comprar leche. Allí, esdesconocida por los clientes, que ni siquiera le respetan el lugar. ¿Margaret Thatcher comprando leche? Si, es verdad. Porque ya no es aquella mujer poderosa que envió a hundir el buque Belgrano con 320soldados argentinos (un trago más que amargo al revivirlo). Ahora ronda los ochenta, ya no ejerce el poder y sufre de un tipo de demencia que no le permite salir sola. Mientras tanto, la cámara se instaladentro de su elegante y silencioso hogar, se encierra en su dormitorio y desde allí, como un diario íntimo nunca antes escrito, relata, a través de recuerdos y alucinaciones, los episodios másimportantes de su vida. Durante esos pasajes, fruto de su enfermedad y soledad, ella narra su infancia, la influencia de su padre, la educación, la competitividad con los hombres, la política como ideal devida, su carrera, el amor, los hijos, el poder y las pérdidas.
The iron LadyDecidir desde dónde contar una historia no es una decisión arbitraria. Phyllida Lloyd elige ubicarse y comenzar desde lavejez de Thatcher. Una opción que le imprime al personaje una mirada benevolente, ciertamente compasiva sobre su figura, como si quisiera endulzarla, pasar del hierro a la madera. Parecería, y suenafeo decirlo, que la enfermedad le otorgase una cuota de impunidad a tantos errores. La puesta en escena, donde priman los primeros planos, crea un clima intimista y de cercanía. El rostro de Margaretparece abarcarlo todo, desde este nuevo estado de vulnerabilidad y soledad, desconocido para ella misma, hasta cuando la vemos más joven y en pleno apogeo de su carrera, imponiendo su figura y su vozde mando. Sobre este punto, de tomar al personaje desde la ancianidad, la directora responde en una entrevista que fue una forma de permitirnos verla como persona. Entonces, antes, ¿cómo se la...
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