La Dama Del Alba
Alejandro Casona
La dama del alba
Retablo en cuatro actos
ePUB v1.1
ivicgto 19.02.12
La dama del alba 1944, Alejandro Casona
A mi tierra de Asturias: a su paisaje, a sus hombres, a su espíritu.
PERSONAJES
LA PEREGRINA TELVA LA MADRE ADELA LA HIJA DORINA (niña) SANJUANERA1ª SANJUANERA 2ª SANJUANERA 3ª SANJUANERA 4ª ABUELO MARTÍN DE NARCÉS QUICO EL DEL MOLINO ANDRÉS (niño) FALÍN (niño) MOZO 1º MOZO 2º MOZO 3º Esta obra fue estrenada en el Teatro Avenida de Buenos Aires, el 3 de noviembre de 1944, por la compañía de Margarita Xirgu.
ACTO PRIMERO
En un lugar de las Asturias de España. Sin tiempo. Planta baja de una casa de labranza que trasluce limpio bienestar.Sólida arquitectura de piedra encalada y maderas nobles. Al fondo amplio portón y ventana sobre el campo. A la derecha arranque de escalera que conduce a las habitaciones altas, y en primer término del mismo lado salida al corral. A la izquierda, entrada a la cocina, y en primer término la gran chimenea de leña ornada en lejas y vasares con lozas campesinas y el rebrillo rojo y ocre de los cobres.Apoyada en la pared del fondo una guadaña. Rústicos muebles de nogal y un viejo reloj de pared. Sobre el suelo, gruesas esteras de soga. Es de noche. Luz de quinqué. La Madre, el Abuelo y los tres nietos (Andrés, Dorina y Falín) terminan de cenar. Telva, vieja criada, atiende a la mesa.
ABUELO (Partiendo el pan).—Todavía está caliente la hogaza. Huele a ginesta en flor. TELVA.—Ginesta ysarmiento seco; no hay leña mejor para caldear el horno. ¿Y qué me dice de este color de oro? Es el último candeal de la solana. ABUELO.—La harina es buena, pero tú la ayudas. Tienes unas manos pensadas por Dios para hacer pan. TELVA.—¿Y las hojuelas de azúcar? ¿Y la torrija de huevo? Por el invierno bien que le gusta mojada en vino caliente. (Mira a la Madre que está de codos en la mesa, como ausente).¿No va a cenar nada, mi ama? MADRE.—Nada. (Telva suspira resignada. Pone leche en las escudillas de los niños). FALÍN.—¿Puedo migar sopas en la leche? ANDRÉS.—Y yo ¿puedo traer el gato a comer conmigo en la mesa? DORINA.—El sitio del gato es la cocina. Siempre tiene las patas sucias de ceniza. ANDRÉS.—¿Y a ti quién te mete? El gato es mío. DORINA —Pero el mantel lo lavo yo. ABUELO.—Hazle caso a tuhermana. ANDRÉS.—¿Por qué? Soy mayor que ella. ABUELO.—Pero ella es mujer. ANDRÉS.—¡Siempre igual! Al gato le gusta comer en la mesa y no le dejan; a mí me gusta comer en el suelo, y tampoco. TELVA.—Cuando seas mayor mandarás en tu casa, galán. ANDRÉS.—Sí, sí; todos los años dices lo mismo. FALÍN.—¿Cuándo somos mayores, abuelo? ABUELO.—Pronto. Cuando sepáis leer y escribir. ANDRÉS.—Pero si no nosmandan a la escuela no aprenderemos nunca. ABUELO (A la Madre).—Los niños tienen razón. Son ya crecidos. Deben ir a la escuela. MADRE (Como una obsesión).—¡No irán! Para ir a la escuela hay que pasar el río… No quiero que mis hijos se acerquen al río. DORINA.—Todos los otros van. Y las chicas también. ¿Por qué no podemos nosotros pasar el río? MADRE.—Ojalá nadie de esta casa se hubiera acercado aél. TELVA.—Basta; de esas cosas no se habla. (A Dorina, mientras recoge las escudillas). ¿No querías hacer una torta de maíz? El horno ya se estará enfriando. ANDRÉS (Levantándose, gozoso de hacer algo).—Lo pondremos al rojo otra vez. ¡Yo te ayudo! FALÍN.—¡Y yo! DORINA.—¿Puedo ponerle un poco de miel encima? TELVA.—Y abajo una hoja de higuera para que no se pegue el rescoldo. Tienes que ir...
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