La dama elegante.
Una dama que, vestida elegantemente de blanco, visitó los templos de la ciudad a bordo de un taxi, para finalmente llegar a su morada en el Panteón de Dolores. Por años, lostaxistas la han platicado como un recuerdo vivo, veraz y posible.
Se dice que los hechos ocurrieron una noche de 1940 por el centro de la ciudad, precisamente el Jueves Santo, en la avenida Ocampo, dondetransitaba un carro de sitio que regresaba de llevar un pasaje a La Fundición, allá en Ávalos. El conductor, ya cerca de la medianoche, vio a una mujer muy bien vestida que le hacía la parada con unpañuelo blanco, y a quien recogió para luego llevarla a cumplir una manda, que según pidió la mujer. Intrigado pero servicial, el chofer la llevó primero al templo de San Francisco y después al deSanto Niño, tal como ella, de manera amable, le solicitó. De camino, el hombre estudió a la mujer y se dio cuenta que pertenecía a la aristocracia de la ciudad y que debía estar pasando por algún momentodifícil, ya que constantemente se llevaba el pañuelo a los ojos, como si los secara de las silenciosas lágrimas. Al llegar al primer templo la mujer bajó y caminó por el atrio, sin siquiera tocar niesperar a alguien que abriera la puerta para ella, y sin poder comprender el chofer cómo hacía para poder entrar a la iglesia a horas no adecuadas.
El recorrido incluyó la Catedral y su hermosoaltar, para luego enfilar rumbo a la Capilla de Nuestra Señora de Lourdes, donde el taxista decidió seguirla, pero ella desapareció y él mejor se regresó al coche, todavía extrañado de los viajes deaquella mujer por la ciudad a medianoche, quien también recorrió el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, el templo de Santa Rita y finalmente el del Sagrado Corazón, que entonces estaba enconstrucción, dejando en cada subida al coche un tenue olor a nardos, que el taxista no podía explicar. Finalmente, al concluir la visita a los siete templos como parte de una manda que la mujer debía cumplir...
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