La Danza De Los Intimos Sentidos
ÍNTIMOS DESEOS
SIENDO PERSONA EN PLENITUD
CARLOS RAFAEL CABARRÚS, S.J.
I N D I C E
PRÓLOGO por Dolores Aleixandre..........................................................................................................3
PRIMERA PARTE:
SIENDO PERSONA EN PLENITUD
INTRODUCCIÓN: EL PROCESOPERSONAL.........................................................................................4
1. EL PESO DE LA HERIDA......................................................................................................................6
2. LOS “SÍNTOMAS” DE LA HERIDA........................................................................................................8
3. EL EMPUJE DE NUESTRAPOSITIVIDAD...........................................................................................12
4. LAS EXPRESIONES DEL POZO..........................................................................................................14
SEGUNDA PARTE:
LA DANZA DE LOS ÍNTIMOS DESEOS
INTRODUCCIÓN.........................................................................................................................................21
1. SABERDISCERNIR EN EL PLANO HUMANO.......................................................................................23
2. DESMONTAR LA CULPA MALSANA Y LOS FETICHES........................................................................32
3. EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO CON DIOS........................................................................................36
4. EL CORAZÓN DELDISCERNIMIENTO...................................................................................................40
5. PRESENTACIÓN DE LOS AUTORES......................................................................................................42
6. LA REGLA BÁSICA DEL DISCERNIMIENTO...........................................................................................51
7. SE ACABÓ LAMÚSICA.............................................................................................................................62
APÉNDICES....................................................................................................................................................63
PRÓLOGO
por Dolores Aleixandre R.S.C.J.
Una de las características de nuestra humana condición, ypara la que poseemos una particular destreza, es la de hacer complicado los sencillo. Exactamente al revés de lo que hacía Jesús para quien todo el misterio de Dios cabía en una pequeña palabra aramea: abbá. Pero nosotros necesitamos para explicarla kilómetros de estanterías llenas de tratados teológicos, catedrales góticas, música polifónica y concilios ecuménicos. Y son frutos hermosos de nuestrafe y nuestra cultura; pero, sobre todo es que no sabemos hacer otra cosa. Carecemos de esa sencillez milagrosa con la que Dios viste las flores del campo con una belleza infinitamente mayor que todo el esplendor de la corte de Salomón.
Algo parecido, pero en talla junior, es lo que ocurre con la espiritualidad ignaciana. Son doctos los jesuitas, saben tanto de su fundador, de sus escritos ydoctrina que lo normal suele ser que cada nuevo tratado sobre espiritualidad ignaciana sea aún más exhaustivo y completo que los anteriores, y por supuesto, con más páginas, más notas y más bibliografía en alemán. De ahí la sorpresa de encontrar un texto como éste, en el que el autor consigue explicar el discernimiento ignaciano (eso que creíamos tan complicado y casi exclusivo de gente preparadísima,rectísima y avanzadísima en la vida espiritual) de una manera directa, amena, clara y atractiva. Y eso sin dejar de lado ninguno de sus aspectos más exigentes y arduos.
De entrada, Carlos Cabarrús se sitúa no como quien desde una cátedra y con el dedo índice enhiesto imparte doctrinas a ignorantes, sino como alguien que, sentado frente a otro/a y en torno a una taza de café, dialoga, escucha,...
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