La decadencia en la novela cortejos del diablo de germán espinosa
Por Beatriz Mesa Mejía y María del Carmen Rosero Bravo
La novela Los cortejos del diablo[1] (Espinosa, 1992), del escritor colombiano Germán Espinosa, será analizada según los postulados del filósofo francés Paul Ricoeur, en su estudio sobre la configuración del tiempo en el relato de ficción.
Paul Ricoeur en su texto “Tiempo yNarración” (113) expone que “Entre la actividad de narrar una historia y el carácter temporal de la existencia humana existe una correlación que no es puramente accidental, sino que presenta la forma de necesidad transcultural. Con otras palabras: el tiempo se hace tiempo humano en la medida en que se articula en un modo narrativo, y la narración alcanza su plena significación cuando se convierte enuna condición de la existencia temporal”.
Al describir sucesos pasados y futuros en el relato, las cualidades de estos tiempos se toman en cuenta en el presente, no porque existan, sino porque muestran el cómo de la existencia del tiempo[2]. Se habla aquí de un triple presente y se recuerda a San Agustín, citado por Paul Ricoeur, cuando advierte que “Habría que decir que los tiempos son tres:presente de las cosas pasadas, presente de las cosas presentes y presente de las futuras. Las tres existen de cierto modo en el espíritu y fuera de él no creo que existan” (citado por Ricoeur, 2004, p. 50)
En el caso de la novela se presentan los tiempos cronológico, monumental, histórico, decadente, consumado, íntimo, de las brujas, del canto y de la enfermedad. El tiempo del día y la noche.Interesa aquí el estudio del tiempo decadente o de la decadencia de las cosas,[3] como Ricoeur lo llama, que es fundamental en un relato en el que sus personajes aparecen como derruidos, tocados por la desgracia y el desasosiego.
La ironía, la decodificación, la desacralización y la desmitificación de la Historia Oficial están en contrapunto con la ficción. Se insiste en la reivindicación delpasado americano y en la reflexión hacia una identidad propia de una cultura híbrida. Vista de esta manera se diría que la novela en sí misma es una reconfiguración de la historia.
El narrador principal pone en escena a sus personajes durante tres días, en un año que puede ser 1640[4]. La construcción de la trama presenta dos focos de interés: los que ejercen autoridad y los que obedecen. Pero,los de la autoridad y el orden, son absorbidos por los segundos. Alrededor de estos dos focos se suceden historias que los alimentan y fortalecen, y provocan el desenlace.
Hay un entramado carnavalesco y escénico, inversión de valores, exageración en la figura corporal y en algunos casos el humor es negro. El foco de burla es la cultura del siglo XVII de la Historia Oficial, donde un Juan deMañozga, protagonista principal, es la caricaturización de la Santa Inquisición.
Voz perdida en la bruma temporal
La novela, que apareció publicada por primera vez en 1970, tiene dos caras, una que ejecuta y otra que soterradamente sentencia.
En Los cortejos del diablo, a la luz de los conceptos de Paul Ricoeur, el tiempo está dado en el enunciado y en la enunciación, en las voces narrativasy en el discurso de los personajes. “Un discurso, dice el narrador, dictado por una voz perdida en la bruma temporal, por la memoria de un ancestro enrollado como culebra del Edén en los palos del bálsamo, en las encinas cubiertas de adhesivo polvo de años”. (203)
La story o composición narrativa es atravesada por un tejido que suena. Las voces narrativas de coros, arengas, terminacionesrítmicas, coplas y jácaras refuerzan una dirección lógica de la trama, como vínculos que encadenan un deterioro con otro.
El sonido de tambores de negros, curanderos, indios y mulatos precipita la situación hacía una sentencia decadente. Este es un tiempo que permanece, no desaparece, sino que al final se hace visible en la historia dando identidad[5].
“Yo escuché los tamtames y oí las invocaciones....
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