La declaraci n de Ginebra
En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica:
PROMETO SOLEMNEMENTE consagrar mi vida al servicio de la humanidad: implica ayudar a las demás personasdurante el transcurso de la propia vida.
OTORGAR a mis maestros el respeto y gratitud que merecen: Los maestros son siempre esenciales para el aprendizaje y por lo tanto como ellos brindan siempretanto merecen nuestro respeto y gratitud.
EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente: No olvidar que se tiene en juego la vida humana y es necesario actuar de forma adecuada.
VELAR ante todo por lasalud de mi paciente: El deber de un médico es hacer el bien al paciente y bajo ningún concepto causarle el mal.
GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento delpaciente: los pacientes merecen poder confiar plenamente en los médicos, y estos a su vez tienen que respetar al paciente, sin revelar los secretos que se le han confiado.
MANTENER incólume, por todoslos medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica: es necesario que permanezca intacto el honor y las tradiciones médicas.
CONSIDERAR como hermanos y hermanas a miscolegas: es necesario un respeto mutuo entre los médicos para poder actuar en conjunto en caso de ser necesario.
NO PERMITIRE que consideraciones de afiliación política, clase social, credo, edad,enfermedad o incapacidad, nacionalidad, origen étnico, raza, sexo o tendencia sexual se interpongan entre mis deberes y mi paciente: un médico debe atender a todos los pacientes sin excepción porque todostienen los mismos derechos en la tención sanitaria de la salud.
VELAR con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, incluso bajo amenaza, y no emplear mis conocimientos médicos paracontravenir las leyes humanas: nunca se debe atentar contra la vida humana porque un médico debe siempre hacer el bien y no tiene que promover el mal.
HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi...
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