la delincuencia
En los últimos cuatro años, tras el retroceso de las pandillas californianas, el eje de la violencia juvenil se desplaza a las barras de los clubes deportivosmás populares, como la “Ultra Fiel” del Club Olimpia, los “Revolucionarios” del Motagua, los “Mega Locos” del Club Real España y la “Furia Verde” del Marathon. Aunque los enfrentamientos entremiembros de barras no son nuevos, normalmente se daban al calor de la efervescencia deportiva y desaparecían, generalmente, sin mayores consecuencias al terminar los partidos de fútbol y la celebracióninmediata posterior. Además, los incidentes graves eran esporádicos. Actualmente, el problema es más grave: la violencia es extrema porque causa la muerte o lesiones graves a los hinchas; los episodios sonrepetitivos en cada partido; los jugadores son agredidos; la violencia de los estadios se traslada a los barrios, donde se desata la persecución de los fanáticos de un club contra otro, con saldo deheridos graves y muertos, como ocurre en Tegucigalpa y San Pedro Sula; y el crimen organizado participa de acciones violentas .La población se preocupa porque es imposible asistir al estadio a apoyara su equipo sin ser testigo, en el peor de los casos, víctima de la furia de los jóvenes fanáticos. La violencia traspasa las fronteras nacionales, como sucedió en el partido entre el Olimpia deHonduras y Los Caciques del Diriangen de Nicaragua, el 24 de agosto de 2006, durante el Torneo Inter clubes de la UNCAF, con saldo de dos heridos de bala, decenas de golpeados y 132 detenidos, entre ellospistoleros que asistieron a apoyar a los hondureños Asimismo, varios jugadores sufren el secuestro de familiares o el propio, en el que se demandan elevadas sumas de dinero por su retorno. Aunque enestos operativos violentos, parecen no estar involucrados jóvenes fanáticos. Los secuestros manchan el fútbol de Honduras. Por ejemplo, Edwin René Palacios, de 16 años, hermano de Milton Palacios...
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