La Depresi N Del XVII Con Ndice
José Antonio Sebastián Amarilla
Universidad Complutense de Madrid
Índice
1. Consideraciones preliminares ........................................................................ 1
2. Una mirada hacia atrás desde 1700 ............................................................... 4
3.La fase de crecimiento del siglo XVI .............................................................. 4
4. El viraje hacia la crisis en el último tercio del Quinientos ............................ 8
5. La recesión, protagonista del siglo XVII ....................................................... 13
5.1. Evidencias y contrates espaciales ........................................................... 13 5.2. Dos contrapuntos: los reinos de Galicia y Valencia ............................... 16
6. La depresión del interior peninsular ............................................................. 20
7. Epílogo ........................................................................................................... 25
Bibliografía .................................................................................................... 27
1. Consideraciones preliminares 1
Las sociedades europeas de los siglos XVI al XVIII tenían un sistema económico
dual, con un enorme sector agrario de ritmos lentos, responsable del grueso de la
producción de bienes y servicios, y otros sectores (la manufactura, el comercio) bas‐
tante más pequeños pero mucho más dinámicos, cuyos principales exponentes radi‐caban en las ciudades. Las fronteras entre estas áreas de actividad eran difusas pues
el sector primario, además de producir alimentos y materias primas de uso indus‐
trial, contenía ingentes reservas de fuerza de trabajo susceptibles de movilizarse, en
los tiempos muertos que dejaba la agricultura, para labores propias del sector secun‐dario (en el textil, por ejemplo) o del terciario (servicios de transporte). Bajo el influjo
de las urbes, podía aprovecharse así una tendencia a la pluriactividad de las familias
campesinas que tanto se alimentaba del deseo de ingresar y consumir más como del
empeño por escapar de la miseria.
Entre 1500 y 1800, el sector agrario europeo, con una estrategia de crecimiento
presidida por la ampliación del espacio cultivado, conoció pequeños cambios técni‐cos y organizativos, según territorios y coyunturas, pero pocas innovaciones de cierta
escala, cuya difusión, además, dado su apego a las condiciones medioambientales de
las zonas de origen, no resultó sencilla. Así, la amenaza de los rendimientos decre‐
Este trabajo se ha beneficiado de la financiación procedente del Proyecto de Investigación del Minis‐terio de Ciencia e Innovación El producto agrario y el saldo vegetativo en la España del siglo XVIII. Creci‐
miento económico e inestabilidad (HAR2009‐12436).
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cientes sobre una agricultura centrada en los cereales tradicionales (trigo, centeno y
cebada) fue permanente. Los otros dos sectores, en cambio, registraron progresos
técnicos considerables, que podían adoptarse más fácilmente en distintas latitudes y que propiciaban rendimientos crecientes, aunque necesitaban mercados en expansión
para sus bienes y servicios. El crecimiento económico, por tanto, dependía de hallar
el modo de intensificar los cultivos y elevar la productividad agraria, lo que liberaba
mano de obra (o tiempo de trabajo) que cabía emplear en actividades transformado‐ras y de servicios, y de acceder en condiciones favorables a mercados en desarrollo,
para potenciar estas últimas. Es por ello que el círculo virtuoso resultante, en las zo‐
nas donde se logró activar (básicamente, de Europa noroccidental), combinó la trans‐
formación de los sistemas agrarios, el aumento de la población, el progreso de la ur‐
banización, el avance de la manufactura y de su capacidad de adaptarse a los cam‐...
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