La Diferencia No Es Argumento Para Justificar La Desigualdad Y La Violencia
Páginas: 8 (1952 palabras)
Publicado: 7 de marzo de 2013
La diferencia no es argumento para justificar la desigualdad y la violencia
Soc. Nhelsyr González
Acción Campesina
Grupo Social CESAP
LAS HISTORIAS COTIDIANAS
Si estamos de acuerdo que en la vida cotidiana se tejen los hilos que producen y reproducen la vida social, entonces tiene sentido contar dos historias cotidianas que dan cuenta de la violencia como instrumento dedominación. Los más fuertes contra los más débiles, un sexo contra otro sexo. Veamos de qué se trata.
La primera historia me recuerda que estando al borde del reparador descanso, en la noche de un día ya remoto, los gritos desgarradores de una mujer pidiendo auxilio perturbaron la tranquilidad vecinal y estremecieron mi ánimo. Un hombre la violentaba física y emocionalmente. La violencia teníadiferentes formas de expresión: las palabras fulminantes como dagas en el alma, el cuerpo posicionado desde la fuerza que otorga al hombre ser más grande y musculoso y, por último, una pistola para no dejar dudas de quien tenía el control. Es sólo un episodio del que cualquiera puede ser testigo.
La segunda historia nos ubica en el mes de abril del presente año cuando un deportista venezolano,el “inca valero” con un talento de excepción, asesinó a su esposa también bajo el manto de la noche. Cortes perfectos en su cuello, ninguna resistencia, delirios de persecución y un lacónico “la maté” como explicación en la declaración del inca. En este caso todos/as fuimos testigos y, esta vez el estremecimiento alcanzó al país entero.
Sirvió el fatal episodio para develarnos una realidadbrutal que da cuenta de la vulnerabilidad de las mujeres y de la vulnerabilidad de un país que sigue sin tomar demasiado en serio la violencia contra las mujeres como lo que es: una grave y espantosa violación de derechos humanos, la más silenciada, la más normal y aceptada tal y como lo plantea Gabriele Mertz.
En el primer caso la noche y el anonimato silenciaron para siempre la agresión; en elsegundo, por tratarse de un hombre reconocido fue imposible detener el impacto público. El caso del inca y su esposa Jennifer nos hizo tomar conciencia, al menos por unos meses, que a pesar de las denuncias y de las medidas dictadas por un tribunal competente tan sólo un mes antes no hubo suficiente protección para una mujer en estado de vulnerabilidad extrema. La situación de Jennifer, tanprofundamente marcada por las valoraciones sociales acerca de la relación hombre – mujer; tan marcada por el miedo se expresaron, en ese momento de agresión anterior, cuando ella afirmó “que sus lesiones eran producto de una caída”. Tan solo 24 años, pero casi la mitad de estos atada a la violencia.
LA RELACIÓN HOMBRE – MUJER: UNA CUESTIÓN DE IDENTIDADES
Es tan vieja esta forma cultural de larelación hombre – mujer y los modos como se manifiesta que resulta natural que la violencia contra las mujeres sea vista como un problema privado. Líos de pareja dirían muchos/as. Sólo que ni es natural ni es tan privado. Una historia de siglos puede dar cuenta de ello. Una historia en la que se ha tejido una relación que legitima la subordinación de un sexo respecto al otro fundada en la diferenciasexual.
Al apoyarnos en el trabajo de Merzt, “Las comunidades frente a las violencias contra las mujeres. Propuestas para la organización de la ciudadanía en la promoción y exigibilidad del derecho de la mujer a una vida libre de violencias”, es importante distinguir de cuál violencia estamos hablando. Al referirnos a la violencia la entendemos como formas de presión o coerción que hacen posible eluso indebido del poder para someter a otro a fin de hacer valer intereses propios. La violencia de género, por su parte, comprende todas aquellas situaciones de violencia que afectan a las personas, mujeres u hombres, por razón de sexo, ubicando a la desigualdad y la subordinación como elementos explicativos de primer orden. 1 Es por ello importante comprender los orígenes de tales elementos...
Soc. Nhelsyr González
Acción Campesina
Grupo Social CESAP
LAS HISTORIAS COTIDIANAS
Si estamos de acuerdo que en la vida cotidiana se tejen los hilos que producen y reproducen la vida social, entonces tiene sentido contar dos historias cotidianas que dan cuenta de la violencia como instrumento dedominación. Los más fuertes contra los más débiles, un sexo contra otro sexo. Veamos de qué se trata.
La primera historia me recuerda que estando al borde del reparador descanso, en la noche de un día ya remoto, los gritos desgarradores de una mujer pidiendo auxilio perturbaron la tranquilidad vecinal y estremecieron mi ánimo. Un hombre la violentaba física y emocionalmente. La violencia teníadiferentes formas de expresión: las palabras fulminantes como dagas en el alma, el cuerpo posicionado desde la fuerza que otorga al hombre ser más grande y musculoso y, por último, una pistola para no dejar dudas de quien tenía el control. Es sólo un episodio del que cualquiera puede ser testigo.
La segunda historia nos ubica en el mes de abril del presente año cuando un deportista venezolano,el “inca valero” con un talento de excepción, asesinó a su esposa también bajo el manto de la noche. Cortes perfectos en su cuello, ninguna resistencia, delirios de persecución y un lacónico “la maté” como explicación en la declaración del inca. En este caso todos/as fuimos testigos y, esta vez el estremecimiento alcanzó al país entero.
Sirvió el fatal episodio para develarnos una realidadbrutal que da cuenta de la vulnerabilidad de las mujeres y de la vulnerabilidad de un país que sigue sin tomar demasiado en serio la violencia contra las mujeres como lo que es: una grave y espantosa violación de derechos humanos, la más silenciada, la más normal y aceptada tal y como lo plantea Gabriele Mertz.
En el primer caso la noche y el anonimato silenciaron para siempre la agresión; en elsegundo, por tratarse de un hombre reconocido fue imposible detener el impacto público. El caso del inca y su esposa Jennifer nos hizo tomar conciencia, al menos por unos meses, que a pesar de las denuncias y de las medidas dictadas por un tribunal competente tan sólo un mes antes no hubo suficiente protección para una mujer en estado de vulnerabilidad extrema. La situación de Jennifer, tanprofundamente marcada por las valoraciones sociales acerca de la relación hombre – mujer; tan marcada por el miedo se expresaron, en ese momento de agresión anterior, cuando ella afirmó “que sus lesiones eran producto de una caída”. Tan solo 24 años, pero casi la mitad de estos atada a la violencia.
LA RELACIÓN HOMBRE – MUJER: UNA CUESTIÓN DE IDENTIDADES
Es tan vieja esta forma cultural de larelación hombre – mujer y los modos como se manifiesta que resulta natural que la violencia contra las mujeres sea vista como un problema privado. Líos de pareja dirían muchos/as. Sólo que ni es natural ni es tan privado. Una historia de siglos puede dar cuenta de ello. Una historia en la que se ha tejido una relación que legitima la subordinación de un sexo respecto al otro fundada en la diferenciasexual.
Al apoyarnos en el trabajo de Merzt, “Las comunidades frente a las violencias contra las mujeres. Propuestas para la organización de la ciudadanía en la promoción y exigibilidad del derecho de la mujer a una vida libre de violencias”, es importante distinguir de cuál violencia estamos hablando. Al referirnos a la violencia la entendemos como formas de presión o coerción que hacen posible eluso indebido del poder para someter a otro a fin de hacer valer intereses propios. La violencia de género, por su parte, comprende todas aquellas situaciones de violencia que afectan a las personas, mujeres u hombres, por razón de sexo, ubicando a la desigualdad y la subordinación como elementos explicativos de primer orden. 1 Es por ello importante comprender los orígenes de tales elementos...
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