La doctrina social de la Iglesia sobre el mundo del trabajo.

Tema 10. La doctrina social de la Iglesia sobre el mundo del trabajo. La
Encíclica «Rerum Novarum» y otras encíclicas pontificias posteriores de
relieve: «Quadragesimo anno» y «Laborens exercens.
En este tema distinguimos tres epígrafes:
I.Generalidades de la doctrina social de la Iglesia.
La Iglesia católica es una religión institucionalizada, no una doctrina político-social.
Sin embargoen cuanto conjunto de creencias que afectan a la totalidad de la vida del
hombre conlleva también un posicionamiento respecto al mundo del trabajo. Esta doctrina
de la Iglesia respecto a lo laboral (y lo social relacionado con el trabajo) no se hizo expresa
sin embargo hasta muy avanzado el siglo XIX, cuando la cuestión obrera había adquirido
una envergadura político-social extraordinaria y elcomunismo y el anarquismo se habían
convertido (como también el liberalismo más radical) en una clara amenaza para la Iglesia.
Puede afirmarse que hasta el siglo XIX la Iglesia había mantenido un total
absentismo respecto a todos estos temas, así como una confusa postura respecto al trabajo
(considerándolo a veces como un mal –derivado del pecado original- o como un bien –
como una forma deredención-). Ciertamente su defensa de la dignidad humana había
supuesto desde la Antigüedad una mejoría en la consideración social del trabajo (recuérdese
como ya destacamos esto al hablar de la mejora de la esclavitud en Roma). Cierto también
que su labor caritativa (hospitales, hospicios, etc.) había ayudado a soportar en ocasiones la
terrible situación vital en que se encontraron losobreros cuando a fines del XVIII la
Revolución Industrial y el primer liberalismo económico los redujo a condiciones
infrahumanas. Pero no es menos cierto que la Iglesia no apoyó ningún tipo de cambio para
cambiar la injusticia social hasta muy avanzado el siglo XIX y que si lo hizo no fue tanto
por un espíritu altruista como por salvarse a sí misma, cuando vio que los obreros
(desamparados) seagrupaban (adquirían peso político) y comenzaban a comulgar con
ideologías totalmente contrarias a la Iglesia (socialismo y anarquismo). De este modo, ya
una Iglesia debilitada, a la que el liberalismo político había además restado gran parte de los
privilegios que había gozado durante el medioevo y la modernidad, decidió apoyar a los
menos favorecidos de la sociedad.
De este modo, a fines delXIX, la Iglesia superaba el absentismo mantenido hasta
entonces en cuanto a la cuestión social obrera y se sumaba “decididamente al coro de
voces y doctrinas que predicaban la necesidad de una nueva estructuración más justa en el
ámbito de las partes integrantes de la relación laboral” (Carro Igelmo, Historia Social del
trabajo p.361), dando lugar a lo que se denomina como “doctrina social dela Iglesia”.
Esta doctrina se encuentra ya establecida en la obra Cristianismo y acción obrera del
obispo de Maguncia (Alemania) Ketteler, publicada en 1869, pero sería el Papa León XIII
(conocido como Papa de los obreros o Papa de los humildes) (cuyo pontificado se extendió
de 1878 a 1903) quien la establecería con “el peso del dogmatismo pontificio” en una

célebre Encíclica1 llamada DeRerum Novarum, publicada el 15 de mayo de 1891. Encíclica
que fue la primera que tuvo contenido socio-laboral de la historia del catolicismo y que
trató de lleno, como se verá a continuación, el tema de la cuestión obrera.
Por supuesto esta doctrina social de la Iglesia, iniciada por esta Encíclica, fue luego
continuada, desarrollada y actualizada por otras Encíclicas posteriores queprofundizaron
en esta problemática y entre las que destacan Quadragesimo Anno de 15 de mayo de 1931
(obra de Pío XI, pontífice desde 1922 a 1939) y más recientemente Laborem Exercens de 14
de septiembre de 1981 (obra de Juan Pablo II, en el pontificado desde 1978)2. Sin embargo,
De Rerum Novarum ha pasado a la historia como la de mayor relieve por su carácter pionero.
A continuación las estudiaremos...