la economia
APERTURA ECONOMICA
Carlos Gustavo Cano S.
.'
*
No es frecuente contar con tantas y tan autorizadas persona
lidades del mundo de la academia, el servicio público, la investi
gación y los gremios, congregados alrededor de una disciplina que,
como la Economía Agrícola, está llamada a cumplir un papel pro
tagónico en el diseño y construcción deun nuevo orden económico
internacional' en el maI'CO del pragmatismo político y d·e la equi
dad social. En efecto, la temática de este evento, oportuna yacer
tadamente seleccionada, y sus expositores y comentaristas, exhi
biendo una afortunada combinación de idoneidad profesional y
experiencia empresarial y política, permitirán adelantar pI'ofun
das reflexiones y despejar no pocosinterrogantes sobre ese signo
de los nuevos tiempos que se ha dado en llamar, por unos, la aper
tura comercial o, por otros, la liberación de nuestras economías
y su inserción en los mercados internacionales.
El asunto tiene singular importancia y complejidad, y plan
tea formidables retos a la imaginación de estudiosos y dirigentes
del área cuando se aplica al caso del sector agropecuario, puessu
aporte a la formación del Producto Interno Bruto es aún particu
larmente significativo y determinante de nuestra prosperidad co
lectiva, y su comportamiento en las corrientes del comercio mun
dial no se guía por los mismos cauces de otros rubros, ni mucho
menos por los dictados de la teoría.
* Intervención del doctor Carlos Gustavo Cano, Presidente de la Sociedad
de Agricultores deColombia, SAC, en el acto de instalación del tercer
Congreso de Economía Agrícola de América Latina y el Caribe. Cartage
na, agosto 30 de 1990,
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El modelo de sustituci6n de imponaciones
Es innegable, y reconocerlo se ba vuelto lugar comun, que el
modelo cepalino de sustitucion de importaciones industriales esta
agotado como fuent'e suficiente y primaria de generacion de em
pleo ycrecimiento economico. El virtual abastecimiento de la de
manda domestica, la transicion demograiica, las remotas posibi.
lidades de modificar la distribucion del ingl"eso en el corto plazo
sin contar con mercados diferentes al local, conforman un univer
so de restricciones que nos han impedido alcanzar con mayor ce
leridad estadios mas altos de bienestar y, por ende, reducir las
secuelassociales y poHticas provocadas por la desocupacion y la
pobreza. Al menos tal ha sido Ia experiencia reciente de Colom-.
bia, no obstante elevidente mejoramiento de sus indicadores so
ciales durante los ultimos treinta arios y el crecimiento real -len
to pero sostenido- de su economia.
Gracias al proteccionismo genera do por ese modelo S'e ha
desarrollado un gran segmento de la industria,pero su impacto
sobre la agricultura se ha refl.ejado en altos tributos y volumino
sos recursos originados en esta y transferidos hacia aquella. La
consecuente formacion de estructuras monopolicas y oligopolicas
en la produccion y comercializacion de un buen numero de bienes
de capital, implementos, equipos e insumos para la agricultura y
la agroindustria, comporta considerables niveles deineficiencia
que gravan la capitalizacion, mecanizacion y transferencia de tec
nologiadel sector, y encarecen sus eta pas de pre-siemhra y post
cosecha, hasta anular en notable medida Ia competitividad de las
Iabores de campo que, en general, son altamente efidentes en ter
minos de sus rendimientos por hectarea. A dlo se suma un siste
ma tributario marcadamente regresivo y dependientede los in
gl"esos por concepto de impuestos y sobretasas para-arancelarias
a las importaciones y ventas de maquinaria.
Similares consideraciones pueden hacerse alrededor de los
sectores financiero y de S'ervicios. Unos pocos ejemplos bastan pa
ra ilustrar el aserto. La banca colomhiana -oficial y privada
exhibe uno de los margenes de intermediacion mas altos dd mun
do. Igual cosa...
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