LA EDAD DEL SIEMPRE

LA EDAD DEL SIEMPRE
El despertador sonó.
Pensaba que era un sueño la vida, pero por lo que parece, la realidad me esperaba justo tocando el piso bajo mi cama. Me levanté, fui directo a la cocina,algo me decía que tendría que empezar a moverme, hacer algo. Por ahora, la ciudad pareciese calma, lo que nunca, generalmente los ruidos de ella empiezan de temprano; de hecho, diría que las mañanas sonel momento más convulsionado de Hospes. Tranquilo empiezo a caminar las sucias vías que dejan el rastro de la suciedad que somos, lo que nosotros somos, lo que es nuestro universo. Me sumerjo en estagran galaxia de hermanos, porque si vamos a lo que es todos venimos del mismo centro creador. En ella todo tiene un ciclo nada se cierra, nada termina como si el fin de los tiempos no existiera,totalmente inconscientes de él, totalmente despojados. Yo que soy una persona de tiempo me doy cuenta que todo tiene un ritmo, y que esa convulsión de problemas a los que se enfrenta Hospes, debería depasar en otras ciudades que según cuentan los Dioses solamente logran ver desde el mirador celestial.
Sigo caminando, los autos me pasan, sin hablar de la cantidad de ejército blanco que se ve pordoquier tratando de mantener la calma que intenta llevar este tecnológico engranaje que yo llamo ciudad. Trabajo en el punto más alto de lugar, allá donde todo se digita, ese centro neurálgico, donde seespera comandar todo lo que pasa aquí en los suburbios. Tenemos vías muy rápidas a las que tan solo con lanzarnos alcanzan a empujarnos hasta enviarnos a la cúspide, como un desagüe, pero un poco máscivilizado. De repente, mientras voy en el gran canal, empiezo a sentir que la velocidad aumenta, quizás un error de maquinaria, o quizás solamente nos estén esperando con ansias allá arriba porque losproblemas diarios empezaron a suceder. Parece que caemos.
Llegue al centro de control, ese cumulo de edificios, agrupados de tal forma que la información se transfiere casi por osmosis, pero justo...