la educacion publica
Portanto habría que preguntarse por ejemplo, ¿al INE quién lo habrá de evaluar?, y si los alcances de esas evaluaciones, que incluyan alumnos y docentes ¿también alcanzarán para inducir mejoras netas enel sistema educativo?.
Una percepción probablemente osada para algunos, inválida para otros, tiene que ver con la poca importancia y nulo respeto que se tiene por parte de muchos políticos deesa institución denominada SEP, al designar personas con perfiles, intereses y preocupaciones quizás muy distintas a los ambientes educativos. La excepción a la regla la representan contados nombres,los que ahora llegan a mi mente son Justo Sierra Méndez, irónicamente nuestro primer ministro de educación ( cuya designación se remonta al año de 1905), Agustín Yáñez y Jaime Torres Bodet. Y vaya quela oportunidad de que tal situación se hubiese revertido ha sido amplia, tan amplia que 108 años de historia no han alcanzado para éste propósito; lo que por sí mismo representa un indicador- si sequiere cualitativo- de que la SEP se visualiza más como una posición política y no como un ministerio clave para administrar y aplicar servicios educativos.
Apoyado en mi práctica docente y en laopinión de muchos otros colegas puedo afirmar que educar bien en México no es tan complicado como parece, que la reforma educativa debe emerger desde el aula y su realidad, la planeación cotidianadesafortunadamente no puede retroalimentarse de actividades de planeación surgida de oficinas y escritorios cuyos “especialistas en planeación” tienen el problema de que saben elevar al aire los...
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