La Educación.

Juárez, el abogado
y el estadista
F e r n an d o S e rr a n o Mig a ll ó n

Como huellas en el camino, los aniversarios nos recuerdan momentos importantes, son señales que señalan a los hombres y a las sociedades el rumbo de sus vidas.
Al enfrentarnos a la memoria de lo que fue, podemos
apreciar mejor nuestra situación y medir correctamente
nuestra esperanza.
Este año recordamos losdoscientos años del nacimiento de Benito Juárez. Su figura y su obra son parte del
imaginario colectivo y uno de los mitos fundacionales
de nuestra nacionalidad; parte de la educación básica y del
vocabulario elemental que aprendemos los mexicanos
para identificarnos mejor con nosotros mismos y con
el sentido de nuestra identidad. Si Juárez sigue despertando debate es porque su presencia y sulegado están
integrados de tal manera en nuestra forma de ver el
mundo que, al reconocerlo, reconocemos en él lo mejor
de nosotros mismos; pero, al mismo tiempo, a siglos de
distancia, sigue concitando voluntades y sigue siendo
catalizador de nuestros más nobles empeños. Más allá de

las esferas oficiales, los mexicanos —organizados como
sociedad civil independiente— hemos visto en esteaniversario la evaluación de nuestra identidad social,
histórica y política y descubrimos que no todo está en su
sitio y que el rumbo no ha sido definido con la claridad
que muchos habríamos deseado.
Los sí mbolos y los mitos, el ima ginario colectivo
y la apreciación g eneral cumplen precis amente con
ese fin; permiten tanto el renacimiento de la esperanza, como la posib ilidad de hacer unanális is crítico
del pre s e n t e .
Al volver la vista hacia Juárez, la sociedad mexicana
descubre su voluntad de permanecer como nación, el
esfuerzo de un pueblo por darse un destino. Juárez cierra
ciclos históricos fundamentales; al frente de los hombres de la Reforma, clausura definitivamente el pasado
colonial y abre el capítulo de la historia independiente
de México. Tal vez, por primeravez en nuestra historia,
el sentimiento nacional y la identidad encuentran un in-

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t é r p rete que sabe escuchar ambos elementos y que sabe,
al mismo tiempo, conve rtirlos en realidades; vence sobre
las pretensiones monárquicas y fija la República Federal
para siempre. En su momento y ahora, no representa
ni una coyuntura ni un proyecto pasajero,sino el conocimiento de la forma y el sentido político que se identifican con las aspiraciones que harían posible la evolución
de nuestras instituciones. Al terminar con los modelos del
pasado, obsoletos y distintos del ser nacional, el país pudo
l e vantar la vista hacia delante. Muestra del político republicano, ocupado de su país, respetuoso del patrimonio
de todos y sobrio en el propio;Juárez es el paradigma de
lo que los mexicanos podemos hacer por nuestra propia historia.
Otro de los aspectos que nos traen a la vida a Juárez,
es su sentido de la legalidad. Se puede discutir mucho
s o b reel papel político de Juárez, sobre los enfoques his-

t óricos que lo hacen más real y que dimensionan mejor
su desempeño. Sin embargo, en la esencia del carácter
histó rico de BenitoJuárez se encuentra su compromiso con la legalidad. En un momento en que el cumplimiento y el conocimiento de la Ley se devalúan frente
a la audacia y el cinismo, que parecen apabullados por
el oportunismo y la ansiedad del poder, Benito Juárez
aparece como el abogado, el profesor de De recho Civil,
el Mi n i s t roy Presidente de la Suprema Corte de Justicia,
elementos que le permitieroncomprender que en un
país apenas en formación, sólo con un marco jurídico
fuerte, ve rdaderamente cre a t i vo y transformador, que al
mismo tiempo, encarnara un proyecto de nación, podría
construir el Estado. Juárez es, en tal sentido, el creador
del Estado mexicano.
En una carta dirigida a Santiago Vidaurri, fechada
en 1861, Juárez presenta una imagen de sí mismo:

Juárez instituye y...