La Enfermedad De La Perla

Páginas: 14 (3276 palabras) Publicado: 17 de enero de 2013
Por William Ospina * Una tarde de 1543, los habitantes de la isla de Cubagua, frente a las costas de Cumaná, en Venezuela, vieron el cielo ennegrecerse ante el avance de una poderosa tempestad. Como si otro océano se desbordara sobre el Caribe, grandes torrentes inundaron la isla y el furor de los vientos arrasó sin remedio las casas, los palacios y las fortalezas de Nueva Cádiz, una de lasprimeras ciudades fundadas en América por los españoles. Entre las muchas gentes que corrían desconcertadas bajo los remolinos del agua y del viento, abrumadas por un estruendo desconocido que venía al mismo tiempo de la tierra y del mar, y que vieron desaparecer en una noche moradas y riquezas, estaba un joven de 20 años que entonces no era más que un aventurero arrojado por el azar a las islas deAmérica, pero a quien se le iba a conceder uno de los destinos más notables de su tiempo.  Había nacido en Alanis, pueblo andaluz que, fiel a su nombre, tiene dos alanos rampantes en su escudo de armas; se llamaba Juan de Castellanos, y hacía unos tres años andaba de isla en isla, buscando fortuna, preguntándose si su destino sería el comercio o las expediciones guerreras, la riqueza ganada por lasarmas, la fama ganada por los hechos, o una gloria imprevisible como héroe o como mártir. Todo era posible en aquel tiempo, cuando España era dueña del mundo, y un nuevo continente acababa de surgir de los mares como un sueño desmesurado e inexplorado, lleno de terrores y de promesas.  Mucho tiempo después contaría que aquella tempestad le hizo envidiar a los muertos, que en un momento sintió quehasta las casas parecían huir, que las calles se habían convertido en ríos, que todo lo que había sido morada era peligro, que el cielo de pronto pareció una ceiba gigantesca a la que están derribando con sus hachas los leñadores, que el aire huracanado parecía una batalla en la que se rompían juntas muchas lanzas, que estaban en guerra rigurosa todos los vientos y que el mar era mucho más alto quela tierra.  En cuanto cesaron la furia del viento y el estruendo del mar, los pálidos y aterrorizados isleños decidieron huir hacia la vecina isla de Margarita, y los barcos de un capitán llamado Niebla y de Juan Cabello se llevaron para siempre a los pobladores. Pero con aquella retirada concluía uno de los episodios más dignos de memoria de la conquista de América: el modo como en sólo 50 añosuna pequeña isla desierta se convirtió en una ciudad fabulosa que atraía comerciantes y aventureros de todas partes, y cómo, una vez llegada a su esplendor, una progresión de hechos de sangre y de conmociones naturales la convirtieron de nuevo en un islote despoblado y perdido.  A pocos años del descubrimiento de América, el nombre de Cubagua ya frecuentaba los labios de los aristócratas de Europa,y se lo pronunciaba con admiración y codicia en las grandes ferias de Augsburgo y de Brujas. La causa de aquélla era a la vez sencilla y espléndida: de Cubagua salían sin cesar las más famosas perlas de Occidente.  En su tercer viaje, ya descubiertas las grandes islas, Colón y sus marinos habían desviado el rumbo hacia el sur, y en lugar de adentrarse una vez más por los archipiélagos del Caribeentraron en un golfo inesperado e inmenso y bebieron, creyendo que era el agua sagrada del Ganges, el agua dulce del Orinoco. Aquellas playas llenas de pájaros de muchos colores eran para sus ojos el Asia, y así, bordeando la isla de Trinidad, salieron del golfo de Paria y contemplaron, en una asombrada navegación de cabotaje, el mundo enorme que se abría frente a ellos. Ante las costas de lo quesería Venezuela, y junto a la paradisíaca isla de Margarita, estaba Cubagua.  Fue el propio Colón quien advirtió con extrañeza que, junto a aquel islote reseco y deforme, había nativos en agudas embarcaciones que largamente se sumergían en el mar, y volvían trayendo en los cestillos algo que descargaban en las canoas. La mirada que había explorado con ansiedad lo inmenso se detenía ahora en lo...
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