La_escafandra_y_la_mariposa_ _Jean Dominique_Bauby

Páginas: 84 (20788 palabras) Publicado: 28 de septiembre de 2015
El 8 de diciembre de 1995, un grave accidente cardiovascular sumió a Jean-Dominique Bauby
en un coma profundo, del que salió semanas después con el cuerpo completamente
paralizado pero con las facultades mentales intactas. Padecía el «síndrome de cautiverio»,
una extraña dolencia que provoca una parálisis completa, un encierro en uno mismo, como
dentro de una escafandra. Sólo podía abrir el ojoizquierdo y su única ventana al mundo era
el parpadeo. Podía oír, comprender, recordar, pero no hablar. También estaban intactas su
imaginación y su memoria: la mariposa. Con su ojo componía palabras, frases y páginas
enteras. Primero memorizó y luego dictó todo el libro, letra por letra. De esa manera, Bauby
dejó constancia de su existencia y de sus reflexiones en esta breve pero inmensa obrasobre
los límites de la dimensión humana, y a través de la escritura prolongó su vida fuera de él,
fuera de su cuerpo.
La escafandra y la mariposa se publicó en 1997 y se convirtió inmediatamente en un gran
éxito de crítica y de público. Bauby vivió lo suficiente para saberlo, pero murió pocos días
después de la publicación en el Hospital Marítimo de Berck, próximo a París. Tenía 44 años.
Adiferencia de otros testimonios sobre el triunfo ante la adversidad, éste constituye un
verdadero acto literario por derecho propio, una gran obra.

Jean-Dominique Bauby

La escafandra y la mariposa
Un sobrecogedor testimonio sobre los límites de la naturaleza humana
ePub r1.0
nalasss 05.09.13

Título original: Le scaphandre et le papillon
Jean-Dominique Bauby, 1997
Traducción: Rosa Alapont
Editordigital: nalasss
ePub base r1.0

Para Théophile y Céleste,
deseándoles muchas mariposas

Toda mi gratitud para Claude Mendibil,
cuyo papel esencial en la escritura
de estas páginas resultará evidente
al leerlas.

Prólogo
Tras la cortina de tela apolillada, una claridad lechosa anuncia la proximidad del amanecer. Me duelen
los talones, mi cabeza parece un yunque, y una especie de escafandra ciñe micuerpo. Mi habitación
surge con suavidad de la penumbra. Contemplo en todos sus detalles las fotos de los seres queridos,
los dibujos infantiles, los carteles, el pequeño ciclista de hojalata enviado la víspera por un amigo
desde Paris-Roubaix y el pescante que domina la cama en que me hallo incrustado desde hace seis
meses, como un cangrejo ermitaño en su roca.
No es preciso reflexionar demasiadopara saber dónde me encuentro y recordarme que mi vida dio
un vuelco el viernes 8 de diciembre del pasado año.
Hasta entonces jamás había oído hablar del tronco cerebral. Aquel día descubrí de golpe y porrazo
esa pieza maestra de nuestro ordenador de a bordo, cuando un accidente cardiovascular puso dicho
tronco fuera de la circulación. Antaño eso se denominaba «congestión cerebral», y uno se moríacon
absoluta naturalidad. El progreso de las técnicas de reanimación ha sofisticado el castigo. Sobrevives,
pero inmerso en lo que la medicina anglosajona ha bautizado con toda justicia como locked-in
syndrom: paralizado de la cabeza a los pies, el paciente permanece encerrado en el interior de sí
mismo, con la mente intacta y el parpadeo del ojo izquierdo como único medio de comunicación.
Porsupuesto, el principal interesado es el último en enterarse de tales bicocas. En lo que a mí
respecta, tuve derecho a veinte días de coma y varias semanas de niebla antes de darme cuenta
verdaderamente de la extensión de los daños. No emergí por completo a la superficie hasta finales de
enero, en esta habitación, la 119, del Hospital Marítimo de Berck, donde en estos momentos se cuelan
las primerasluces del alba.
Es una mañana corriente. A las siete, el carillón de la capilla empieza de nuevo a marcar el
transcurso del tiempo, cuarto a cuarto. Tras la tregua de la noche, mis cargados bronquios se ponen a
resonar ruidosamente otra vez. Mis manos, crispadas sobre la sábana amarilla, me hacen sufrir, sin
que logre determinar si me arden o están heladas. A fin de luchar contra la anquilosis,...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS