La escuela del campo

La escuela del campo*
Ignacio Manuel Altamirano
La escuela del campo era peor que la escuela de la ciudad, no había instrucción, ni moral, ni nada; sin embargo lapoblación era feliz al tener una escuela miserable. Los indios jamás aprendían a leer y solo en algunos pueblos solían tener escuelas , en ellas aprendían la doctrina cristiana,recitaban los rezos como el padre nuestro, el credo, el ave María y los mandamientos de la santa Madre Iglesia pero en su defecto ellos no comprendían los rezos pues ellos noconocían el castellano. Los curas sólo querían el diezmo.
Los indios eran ignorantes y humildes, pero cuando se trataba de levantar o de reparar el miserable edificio de laescuela todos los vecinos concurrían con gusto a trabajar. Los tres edificios mejor construidos que los demás eran la iglesia, la casa del cura y la casa municipal.
El aspectode la escuela era tristísimo era de una sola pieza, grande y cuadrada con una o dos puertas, mal ventilado y generalmente el suelo desnudo y en las zonas calientes de lascostas era húmedo y malsano.
Los niños se sentaban en largos bancos, el maestro en una silla de madera tosca, junto a una mesa de encino que apenas tenía un tintero de plomo oun pedazo de botella, y algunos pliegos de papel. Ahí no se escribe, ni se estudia geografía, ni gramática, ni aritmética, la biblioteca de la escuela se reduce al famosocatecismo y a algunos cuadernos con alabados para que se canten del día de las funciones religiosas principales.
La vestimenta de los niños era camisa, calzón de manta gruesa,pies descalzos, semblante serio y triste. Se sentaban unos junto a otros y permanecían inmóviles hasta que el maestro comenzaba el coro.
El los pueblos afortunados