La escuela
(SILVA DUSCHATZKY)
Las bandas no son simples agrupaciones juveniles se perfilan como vandalismo, acompañadas de drogas. Las bandas en los enclaves periféricos de exclusión social, se inscriben como una modalidad juvenil de doble marginalidad, una primera dada por la condición de pobreza y una segunda marginalidad de carácter socio comunitario construido en el marcode los territorios de inscripción.
En general los miembros de las bandas han roto todo tipo de vínculo con las instituciones oficiales, escuela y familia, centran sus actividades en las esquinas de las calles y a pesar de guardar cierto lazo con los otros jóvenes que viven en el mismo barrio y compartieron las primeras experiencias de socialización dejan de conservar empatías mutuas.
Las bandasconstituyen fuertes marcas de identidad, son grupos cerrados que cumplen con roles como: el líder, el boludo, el chivo expiatorio. Revelan el espacio de ruptura con los niveles dominantes, los atributos que se consideran “respetables” provienen de los anti valores.
El sustrato moral de las bandas son las lealtades, y el barrio es la demarcación de lo inviolable.
Las bandas juveniles no sonnuevos modos de agrupamiento si no que reconocen antecedentes históricos .Lo nuevo no obstante expresan uno de los rostros de la exclusión social sino que ponen al descubierto los quiebres de algunas instituciones públicas. La policía es parte interesada del mundo de la droga y por lo tanto esta fuertemente vinculada con muchas de las bandas comprometidas en el narcotráfico y el consumo. Lasolides de la vida cotidiana se ve amenazada por la mirada sospechosa del otro y en la medida en que el otro se convierte en u n peligro potencial, la propia identidad también se ve trastocada dado que la subjetividad se ancla en la intersubjetividad.
MÁS ALLÁ DE LA ESCUELA: CONSUMOS Y PRÁCTICAS JUVENILES.
Algunos dirán que en estas consideraciones sobrevuela la idea de un sujeto soberano que puedeescapar a las redes de poder inscritas en los lenguajes de constitución. Si bien tanto los consumos como las prácticas suponen el conflicto entre el poder y el deseo, entre la sujeción y los intersticios de libertad, la elaboración propia de productos revela un paso más allá en el uso de los márgenes de libertad de acción, ya que supone operar de un modo más activo de la indeterminación y lainnovación.
La vida escolar, lejos de monopolizar la experiencia juvenil, estimula la prolifera de nuevas redes de intercambio. Tanto la diferencia registrada en torno de los consumos culturales, como la emergencia de prácticas autogestivas ponen de relieve la importancia de la experiencia escolar y al mismo tiempo la relatividad de su influencia.
Si la escuela sólo fuera imposición designificados, lo esperable hubiera sido una tendencia a la homogenización de gustos y preferencias culturales. Por el contrario el campo de los consumos culturales es un terreno de disputa entre los jóvenes que van a la escuela.
Los consumos culturales son una fuente de distinción de la población joven de la zona. Los consumos de los jóvenes que asisten a la escuela se circunscribencentralmente a la radio y a la televisión. A pesar de que el libro ocupe un lugar secundario en la escala de consumos, tienen presencia entre algunos jóvenes que encuentran en la lectura una fuente de placer.
El consumo musical es un signo de polifonía de las identidades, en la mezcla de estilos se juegan referentes de identificación locales y globalizados. En los gustos musicales de los jóvenesfunciona de modo residual un vínculo con la historia del movimiento juvenil y con la tradición popular. Entre los productos y los receptores una suerte de complicidad, que no hace más que reactualizar la fuerza de lo real y legitimar las estructuras de significación mas profundas de la cultura popular: el lenguaje llana, el kitsch como estilo comunicativo, los sentimientos puros, la primacía...
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