LA ESPERA

LA ESPERA-Borges.

No habían dado las nueve de la mañana aun, cuando el coche estaciono al cuatro mil cuatro de aquella calle, el cochero le ayudo a bajar el baúl, el hombre noto con aprobación losmanchados plátanos con su correspondiente cuadro de tierra al pie, las decentes casas de balconcito, la farmacia contigua, los desvaídos rombos de la pintura y ferretería. Un largo y ciego paredón dehospital cerraba la acera de enfrente ; el sol reverberaba, mas lejos, en unos invernáculos, en ese momento el hombre pensó que esas cosas le serian con el tiempo si Dios quisiera, invariables ,necesarias y familiares; desde el pescante el cochero le devolvió una de las monedas, era un vintén oriental que el hombre guardaba en su bolsillo desde aquella noche en el hotel de Melo, fue ese precisomomento en el cual se dio cuenta de sus dos grandes errores, el primero, ha dado una moneda de otro país y el segundo, ha dejado que se note que se note que le ha importado esa equivocación.
Se dirigióhacia el zaguán y el primer patio, pero su habitación, la que le habían reservado daba felizmente al segundo, tenía una cama de hierro deformada en curvas de tal manera que daba la impresión de serramas y pámpanos, la pared estaba adornada de un papel color carmesí con grandes pavos reales, un alto ropero de pino, una mesa de luz, un estante con libros al ras del suelo, un lavatorio con supalangana, su jarra, su jabonera, un botellón de vidrio turbio, y dos sillas disparejas las cuales tuvo que mover para lograr colocar el baúl, luego de esto , la mujer que lo había acompañado desde laentrada a la habitación , le pregunto cómo se llamaba, a lo que el hombre le responde, Villari. No porque este fuese su nombre verdaderamente sino porque le fue imposible pensar en otro que no fuera eldel enemigo, pasaron unas cuantas semanas hasta que saliera de la casa, una noche entro al cinematógrafo que había a las tres cuadras, siempre a ver trágicas historias del hampa, pero no pasaba nunca...