la eternidad

La eternidad
 
Oculto tras la sombra de una de las tantas gárgolas que custodian el frente del edificio de aduanas asecho a mi próxima victima, esta vez, una joven que viste ropas descuidadas y luce cabellos desarreglados; posiblemente sea una de las tantas prostitutas que pululan por la cercanías de los muelles en busca de marineros, como sea, no es preciso saber tanto de ella al fin que nodeja de ser la desafortunada de hoy, mas allá de su historia. Y cegado por el éxtasis del momento previo, corte el velo de la noche volé por encima de ella y le caí encima cual un ave de presa, la pobre no alcanzo a articular palabra, tan solo un gutural quejido y luego su sabor tibio en mi boca y sus latidos apagándose, su vida escurriéndose a medida que se calma la desesperante sed que me obligaa tomar su vida para conservar la mía, y el ultimo suspiro, una brisa tibia que pone fin a mi brutal acto.
Acomode su cuerpo de manera que pasara inadvertido, y continué caminando por la sucia calleja y a medida que la sensación de saciedad me embargaba regresaba a mi la poca conciencia humana que aun conservo y que me tortura tras cada vida que en mis manos se extingue.
No siempre fui estamonstruosidad, esta abominación que no tiene cabida ni en el infierno ni en el paraíso, dudo que existan tan míticos lugares, solo conozco una eternidad de soledad y dolor que se come mis entrañas cada noche y las vomita al amanecer.
No, no siempre fui esto……, recuerdo haber sido niño, se que tuve padres a los que ya he olvidado, tengo imágenes en mi mente de una casa y una escuela y otros niños quese desvanecen como espectros en una noche terrible, guardo también en mi mente su rostro, lo conservo con perfecta nitidez, si de algo me valiera podría plasmarlo con perfecta pureza en el mas sucio de los lienzos, ojala de esa manera lograra borrarlo, pero se que no….jamás lo voy a olvidar, cruzara la eternidad dentro de mi para hacer de este tormento algo aun mas insoportable. Todo empezó conella y selle, sin saberlo, mi destino el mismo día que por primera vez la vi.
Era apenas un joven, mas joven de lo que soy ahora, y obraba de ebanista en una aristocrática mansión que se estaba reconstruyendo con motivo de la llegada de nuevos dueños. Me encontraba en los últimos retoques a las cabezas de de león finamente labradas al final de los pasamanos de la escalera del salón de fiestas,cuando las puertas principales de la mansión se abrieron y tras de un grupo de damas elegantemente vestidas, atravesó la sala y fijo la vista en la escalera, ahí me encontré, ante la imagen mas perfecta que en vida había contemplado, las sedas que la cubrían dejaban entrever una figura digna de un cincel griego, los bucles del pelo caían sobre sus hombros desgarrando el blanco del atuendo, y su rostroy sus facciones, no conozco palabras aun, después de haber vivido tanto, que puedan describirlo. Y fue ahí en ese mismo instante en que forjé los grilletes que llevare de por vida, me perdí en su mirada me perdí para siempre, debí saberlo…, debí saber que un simple carpintero jamás seria suficientemente bueno, debí saber que su destino también estaba sellado. Por mucho que lo intente jamás lleguea cruzar palabra, no he muerto aun y viviré esta oscura eternidad sin haber oído su voz, sin saber como sonaría mi nombre en sus labios. El día de su boda, ahí estuve, de pie frente a los portales de la catedral, y mientras descendía las escalinatas su belleza, esa belleza que nunca podría ser tocada por estas rusticas manos, marchitó mi alma por el resto de mis días.
Pase años negándome a verlaen un vano intento de borrarla de mi mente y fue después de su larga enfermedad la noticia de su muerte lo que asesto el golpe final a esta existencia casi sin sentido. Y así muerto en vida, casi tan muerto en vida como hoy, deambule por las noches sin rumbo, y me sorprendió el amanecer junto su tumba, la tumba de una niña de apenas veinte años, que poco pudo aprender de la vida.
Aquella noche...